Adam Ballou, futbolista estadounidense del Levante UD-DI que padece parálisis cerebral y aspira a ser diplomático en su país, afirmó que desde pequeño le han enseñado que para lograr cualquier reto «hay que trabajar» y que no quiere que se le trate como «alguien distinto», ya que se siente «uno más».
Así lo indicó Ballou, de 27 años, en una entrevista con Efe en la que recordó que su parálisis estuvo causada por un accidente cerebrovascular intrauterino que le fue detectado a los seis meses de edad. «Los médicos no sabían si iba a poder caminar y hablar. Tengo una suerte tremenda», aseguró el futbolista, que comenzó a practicar el fútbol desde pequeño «para desarrollar los músculos».
Adam es internacional con la selección paralímpica de Estados Unidos desde que tenía 14 catorce años y ha participado en dos Juegos Paralímpicos (Londres y Rio de Janeiro). «Mi selección también se clasificó para Tokio, pero la organización decidió quitar el fútbol con parálisis cerebral del programa», señaló.
«Mi próximo objetivo deportivo es el campeonato de selecciones de Italia en 2020», afirmó el jugador que, con la sonrisa en los labios, explicó que no se levanta cada mañana para lamentarse. «Quizá tenga que trabajar más para lograr un objetivo, pero sí me lo propongo lo consigo», expresó.
Adam no se pone límites y anima a las personas con discapacidad a salir adelante. «La vida es muy bonita y hay que ponerse las pilas: mírame a mí, he competido en veinticinco países y he jugado delante de 30.000 personas. No puedes vivir lamentándote», aseveró el jugador.
A Ballou le cuesta elegir un momento destacado de su carrera. «A nivel deportivo seguramente me quedo con el doblete que hice ante Holanda en los Juegos Paralímpicos de Río. Nada más empezar el partido, con mi primer toque, marqué de cabeza. Fue increíble», aseguró.
También recuerda con cariño la visita que su selección hizo a la Casa Blanca tras los Juegos de Londres. «Nos recibió Barack Obama, que en el cara a cara es tremendamente cercano. Su esposa, Michelle, puso sus manos sobre mis hombros y me dijo: Adam, estamos orgullosos de ti. No supe ni cómo reaccionar«, confesó Ballou.
Adam considera que todavía tiene mucho fútbol en sus botas, pero también piensa en su futuro. «Me gustaría trabajar como diplomático de mi país. También me gustaría seguir relacionado con el deporte en algún departamento internacional. Mi vida es el deporte y quiero estar siempre vinculado a él», manifestó.
Ballou llegó a España con el objetivo de sacarse el certificado de idioma de cara a ser diplomático. En un año, ha vivido en Salamanca, Madrid, Castellón y, desde hace dos meses, reside en Valencia, ciudad que le ha cautivado.»Me encanta Valencia, su tiempo, su cultura y la gente, que me ha acogido fenomenal. ‘Poquet a poquet’ (poquito a poquito) voy haciendo amistades y me quiero quedar aquí mucho tiempo«, aseguró Adam, que acude a sesiones de intercambio de idiomas para adaptarse.
«Trabajo como profesor de inglés para alumnos de bachillerato en un instituto. Estoy en un programa entre los gobiernos y antes daba clases de Formación Profesional a mayores», contó Adam, quien recordó que ahora mismo, en su país, ya hay futbolistas con discapacidad que se ganan la vida con el fútbol.»Si volviera allí, podría dedicarme sólo a jugar, pero valoro más lo feliz que soy en València y lo bien que me trata el Levante, al que estoy muy agradecido por todo lo que hace por el deporte para personas con discapacidad», señaló Ballou.
Sobre el nivel de juego, Adam comentó que el del Levante es bueno, pero que en Estados Unidos son muy fuertes. «Ahora somos la cuarta mejor selección», indicó.»Aquí no cobro, pero el Levante nos lo da todo: instalaciones, material… Los entrenadores son fantásticos y la estructura es ejemplar».