Los atletas Cristián Valenzuela y Luis Gutiérrez, los potencistas Jorge Carinao y Juan Carlos Garrido, los tenistas Macarena Cabrillana, Robinson Méndez y Francisca Mardones, la canoista Katherine Wollermann, y el nadador Alberto Abarza protagonizan “Y me volví a levantar”, la nueva publicación del periodista y comentarista Gustavo Huerta.
A través de estos relatos Huerta da cuenta de las historias de esfuerzo y resiliencia de nueve deportistas de alto rendimiento que, haciendo frente a sus limitaciones físicas, han llegado a competir en las más altas ligas de sus disciplinas.
En un mundo donde se privilegia la comodidad y el placer, las nueve historias de este libro parecieran repetir como un mantra su título: Y me volví a levantar. Porque estas son historias sobre grandes deportistas paralímpicos chilenos, las múltiples dificultades que han sorteado a lo largo de sus carreras y los grandes logros alcanzados.
En su nuevo libro, Gustavo Huerta reúne profundos testimonios que dan cuenta del inquebrantable espíritu humano. Porque estas biografías inspiradoras, marcadas por la lucha y la capacidad de sobreponerse a la adversidad, son prueba de que podemos y debemos levantarnos.
“Creo que es necesario visibilizar estas historias porque cada una de ellas entrega un mensaje conmovedor, que nos inspira para enfrentar el día a día en esta sociedad sin pausas, que nos tiene con un piloto automático, y que demuestra el valor del deporte. Estas son historias sobre grandes deportistas paralímpicos chilenos y sus múltiples dificultades que han enfrentado en sus carreras, pero también son profundos testimonios acerca del inquebrantable espíritu humano”, señaló el autor.
“Todos son deportistas de alto rendimiento, medallistas de oro paralímpico, campeones mundiales, todos se dedican al deporte. La disciplina los ayudó a levantarse después de accidentes y/o enfermedades, pero sin victimizarse. Ellos, finalmente optaron qué hacer con sus vidas, después de un período oscuro, de encierro, algunos con consumo de alcohol y drogas. Tuvieron una pausa, quizás obligada, una pausa de distintas maneras…pero en ese tiempo supieron qué hacer. Asumieron su realidad, conscientes de lo que pueden hacer. Con sentimientos, con emociones, se levantaron y eligieron ser felices”, complementó Gustavo Huerta.