José Manuel Ruiz suele decir que los límites son mentales, no físicos.
El palista andaluz, inmerso en su reto de ser el primer español en disputar siete Juegos Paralímpicos, fue el primero en competir -y sigue haciéndolo- en la Superdivisión de tenis de mesa español, la máxima categoría nacional. Y lo hace como uno más contra palistas sin discapacidad (le falta parte del brazo derecho desde que nació por una agenesia congénita). También ha disputado Campeonatos de España absolutos. De hecho, en el de 2018 fue el único con discapacidad de los 71 participantes.
Hace un mes, dio un paso más derribando una nueva barrera y haciendo historia. Disputó el Open Internacional de Bulgaria con la selección española absoluta, convirtiéndose en el único competidor de todo el torneo con una discapacidad.
«Para nosotros es uno más de la selección. Este año hemos querido que juegue un par de torneos como parte del equipo. Además del de Bulgaria, estará también en Finlandia. Creemos que le vendrá bien competir con gente de más nivel para prepararse de cara a Tokio», dice Alfredo Carneros, exolímpico y seleccionador absoluto. De hecho, desde enero de este año, José Manuel ha asistido como mínimo una semana o dos al mes al CAR de Madrid a entrenar bajo sus órdenes y con la absoluta.
«Ir a Bulgaria fue un paso muy importante, tanto a nivel profesional como personal. Me vino bien entrenar y competir con jugadores de más nivel y con características diferentes. El campeonato, junto con la concentración posterior en Japón, me ha servido para pulir detalles de cara al Europeo paralímpico», explica.
Concentración en Japón
Porque Ruiz ha estado dos semanas con la absoluta en el país nipón, donde ha entrenado 20 sesiones en 11 días y ha conocido las condiciones que se encontrará dentro de un año en los Juegos. «Los cuatro primeros días fueron muy duros por las condiciones climatológicas. Había mucho calor y mucha humedad. Incluso dentro del pabellón, con el aire acondicionado, se sudaba muchísimo y lo pasamos regular», reconoce.
«El objetivo principal era llegar lo mejor preparado al Europeo y ahora, en Helsingborg (Suecia), es subir al podio. Sería un paso muy importante para Tokio», explica. Sólo el campeón europeo tendrá la plaza asegurada. «La medalla va a estar muy cara pero para ello llevo preparándome muchos meses», dice.
Entre los 10 primeros del ránking mundial hay 8 europeos. Él ocupa la quinta posición de la clase 10. Si no logra el oro, le valdrá con mantener esa quinta plaza en el ránking hasta el 1 de ab