Moisés Fuentes es un hombre de retos, toda su vida los ha enfrentado buscándole el lado amable, imprimiéndole disciplina y tenacidad, la misma con la que ya acumula cinco Juegos Paralímpicos, y con la que sumó un nuevo logro en los Juegos Parapanamericanos de Lima 2019, la medalla de oro de los 100 metros pecho SB4.
“Ganar con 44 años es una bendición, es el fruto de una carrera saludable en todo sentido, con convicción, pasión con lo que se hace, mucho trabajo, valorando el deporte en nuestras vidas, es mi todo, es mi fuente de inspiración y de vocación personal para retarme a mi mismo”, le dijo al diario ADN desde Lima.
Detrás de este campeón colombiano hay una historia en la que un atentado le cambió la vida. Fuentes García nació el 22 de septiembre de 1974, en Valle de San José (Santander). Su niñez la vivió en una finca. A los seis años aprendió a nadar en la quebrada La Putana, adjunta a su casa, teniendo como flotador una pimpina que se amarraba con un lazo.
En principio, su sueño era pertenecer a la Marina Nacional, pero su hermano Rodrigo le cambió la mentalidad, por lo que cinco días después de sacar la cédula se fue para Santa Marta… donde llegaría el gran reto de su vida. Un martes 13 de octubre de 1992, a las 5:30 p.m., recibió seis disparos, uno de ellos le afectó la médula espinal, dejándolo parapléjico, sin esperanzas y con el deseo de quitarse la vida; por lo que dejó de comer tres días. Su hermano no corrió con la misma suerte y falleció.
La solución para Moisés la halló en el deporte, donde en primera instancia practicó baloncesto en silla de ruedas: “verlos a ellos en esa situación me dio la visión de que yo podía lograrlo. Otra vez me volvió el deseo de salir a adelante, volvió a mí el Moisés de ser cada día mejor, empecé a estudiar y validé el bachillerato y en el 2003 terminé mi carrera de Contaduría Pública”.
Las barreras de la discapacidad en las que quedó este gladiador fueron insuficientes para acabar con sus sueños, “yo empecé a ver la silla como mis piernas, actualmente no visualizo barreras, sigo soñando en grande, por eso transmito mi experiencia a todos, la única discapacidad está en la mente de cada uno”.
Luego, la natación le sirvió a Moisés Fuentes como una forma de “sentirse libre, como pez en el agua”. Su formación en este deporte se inició en 1994, donde logró varios éxitos a nivel nacional, desde ese entonces, acumula tres medallas en Juegos Paralímpicos y su historial en los Parapanamericanos arroja un total de tres oros y seis platas. “Este es un legado que está formando nuevos campeones en el club deportivo Colombia Sin Límites donde tenemos 20 nadadores, 15 hacen parte de la selección Santander y tres de ellos (Carlos Daniel Serrano, Miguel Ángel Rincón y David Fuentes) están acá conmigo en Lima”.
La primera paralimpiada para Fuentes se dio en Sídney 2000, donde fue séptimo. El reto creció para Atenas 2004, donde fue quinto, y su primer podio se dio en Beijing 2008, donde se trajo la medalla de bronce. La meta no se quedó en el tercer lugar y en Londres 2012 logró el metal plateado.
En Río de Janeiro 2016 el resultado fue otro bronce para el nadador santandereano.
Moisés Fuentes acumula tres preseas paralímpicas: bronce en Beijing 2008, plata en Londres 2012 y bronce en Río; logró el título de Contador Público en la Universidad Cooperativa de Colombia (2003); y es padre de dos hijos: Isabella, de 11 años y Moisés, de 7. Está casado con Anabel Tarazona.