“Sí, él está en mi área. Y te puedo asegurar que está consciente”. Este es el comentario que habría realizado, según informa ‘Le Parisien’ una joven trabajadora de la unidad de cardiología a uno de sus compañeros en el Hospital George Pompidou de París.
Una clínica, ubicada en la capital de Francia, que desde este lunes se ha convertido en un búnker de seguridad tras la revelación del ingreso del heptacampeón de Fórmula 1 para seguir un tratamiento secreto que podría estar basado en infusiones de células madre, en un intento por lograr una acción antiinflamatoria sistémica que facilite la función cerebral de Schumacher.
Sin más filtros de información desde el primer piso del edificio D, más allá de la visita a las 17:15 horas local de Jean Todt, presidente de la FIA, que se prolongó durante 45 minutos antes de abandonar silenciosamente la policlínica, esta admisión, la tercera desde la pasada primavera según cita la publicación francesa, debería haberse realizado en julio, pero fue pospuesta hasta principios de esta semana por un contratiempo de salud inesperado.
Cabe recordar que Michael Schumacher lleva más de 2.000 días recuperándose de un traumatismo craneoencefálico con hematomas intracraneales y edema cerebral difuso que sufrió tras golpear su cabeza de manera vigorosa contra una roca en una zona de nieve blanca de la estación de Meribel mientras esquiaba.