El vicepresidente del Comité Paralímico Internacional (CPI), Duane Kale, dijo que Tokio «está preparado para fijar un nuevo estándar para los Juegos Paralímpicos», aunque señaló que quedan «desafíos por el camino» a un año para el evento.
El exnadador paralímpico neozelandés evaluó así el estado de los preparativos para los Juegos que acogerá Tokio entre el 25 de agosto y el 6 de septiembre de 2020, durante una visita a la capital nipona para asistir en una serie de actos conmemorativos con los que comienza la cuenta para la cita deportiva.
Kale calificó de «increíbles» el nivel de la organización, la expectación entre el público de cara al evento o el interés mediático, y afirmó que en todos estos aspectos Tokio «está muy por delante de lo que estaba Londres 2012» a un año de los Juegos.
«Los récords están para romperlos», señaló Kale, quien destacó que si bien Londres «fijó un nuevo listón» para el evento deportivo, Tokio «está muy bien preparado para establecer un nuevo estándar de lo que son los Paralímpicos».
El vicepresidente del CPI admitió no obstante que «hay desafíos por delante en el camino», y destacó en particular los problemas de contaminación en la bahía de Tokio, que podrían afectar a la prueba de paratriatlón, o la escasez de alojamientos en la capital nipona plenamente adaptados para discapacitados.
Sobre la calidad del agua en la bahía tokiota, señaló que el comité organizador «está trabajando duro» para garantizar la seguridad de los atletas con medidas como la instalación de barreras sumergidas que impiden la entrada de bacterias nocivas.
Los niveles excesivos de estas bacterias obligaron a la cancelación del tramo acuático de una paratriatlón celebrada en la bahía tokiota la semana pasada a modo de evento de prueba, lo que hizo reaparecer la preocupación por la contaminación detectada por primera vez en la zona en 2017.
En cuanto a los alojamientos adaptados, Kale explicó que actualmente hay disponibles en Tokio aproximadamente la mitad de las plazas hoteleras necesarias para los visitantes discapacitados que se estima que vendrán a la ciudad para el evento.
En este sentido, subrayó que las autoridades niponas han aprobado nuevas leyes para obligar a los hoteles a contar con habitaciones y baños plenamente adaptados para personas con discapacidades, normativas que aunque entrarán en vigor antes de los Juegos «quedarán como legado para la ciudad».
Al ser preguntado sobre las elevadas temperaturas que se dan en Tokio en estas fechas, y si esto constituye una preocupación especial para el CPI, Kale expresó su confianza en que el comité organizador «es consciente de ello y está poniendo en marcha numerosas contramedidas».
Entre ellas se encuentran la instalación de espacios con sombra, ventiladores y vaporizadores de agua tanto para el público como para los atletas, además de distribuidores de bebidas.
Al mismo tiempo, Kale destacó que el calor será «ligeramente menor» que durante los Juegos Olímpicos (que concluyen dos semanas antes al inicio de los Paralímpicos), y subrayó que las altas temperaturas pueden ser beneficiosas para el rendimiento de los atletas en determinadas pruebas.
«Hoy hemos contemplado que pueden suceder cosas maravillosas con el calor. Hemos visto a un atleta batir su propio récord mundial», dijo Kale en alusión a un salto de longitud de exhibición realizado por el atleta paralímpico Markus Rehm.
El deportista alemán y triple medallista de oro paralímpico logró saltar 8,50 metros en la pista de atletismo tokiota del Parque Yoyogi, dos centímetros menos que su propio récord mundial, durante una exhibición de disciplinas paralímpicas.
El acto, celebrado cerca del nuevo Estadio Olímpico de Tokio, contó con la participación de atletas paralímpicos nipones en las categorías de 100 metros lisos, tenis en silla de ruedas o boccia, y forma parte de una serie de eventos que marcan la cuenta atrás de un año para Tokio 2020.