Andrew Parsons (Río de Janeiro, 1971) está convencido de que el deporte es el mejor vehículo para conseguir un mundo más inclusivo. Por eso, el presidente del Comité Paralímpico Internacional ha hecho más de 50 viajes alrededor del mundo en sus casi dos años de mandato. Su objetivo es extender el movimiento paralímpico, especialmente en los países menos desarrollados. «Los Juegos cambian la percepción que tiene la sociedad de las personas con discapacidad», asegura. Con él hemos hablado de los de Tokio justo un año antes de que comiencen.
El 25 de agosto de 2020 los Juegos Paralímpicos de Tokio subirán el telón. ¿Cómo van los preparativos?
Muy bien. Hay mucha cooperación con el comité organizador y mucho interés por su parte, por la del Gobierno japonés y por los medios de comunicación. Incluso del sector privado, ya que el tema de los patrocinadores se está activando más que nunca a un año de los Juegos. En cuanto a instalaciones deportivas, todo está en el plazo. Ahora el desafío es hacer más promoción porque va a empezar la venta de entradas y hay que transformar ese entusiasmo en más público que en Londres y en Río.
Acaba de mencionar uno de los desafíos a los que se enfrenta pero, ¿cuáles son los principales de cara a esa cita?
El principal es el de la accesibilidad en los hoteles para la gente que vaya a presenciar los Juegos con sillas de ruedas. La oferta de habitaciones accesibles en Tokio y Japón, en general, es muy baja pero estamos logrando cambiar la legislación del Gobierno Metropolitano de Tokio y se tendrá en cuenta para los nuevos hoteles. Es un legado que dejaremos. Y también nos preocupa el tema de los transportes, estamos tratando de ajustar las operaciones.
Toyota ha creado unos robots que ayudarán a las personas con movilidad reducida tanto en los Olímpicos como en los Paralímpicos. ¿Cree que van a ser los Juegos más accesibles e inclusivos de la historia, además de los más tecnológicos?
Yo creo que sí, pero es difícil. En términos de innovación, los Juegos de Tokio van a ser los mejores. Y en términos de retransmisión, también. Ojalá sean también los más inclusivos. Para nosotros, lo más importante es un cambio en la mentalidad japonesa y este cambio sólo es posible en los Juegos. Antes escondían un poco a las personas con discapacidad. Cambiaremos la percepción sobre todo de niños y jóvenes, que son el futuro.
¿Y cambiará también la percepción de la sociedad en general, no sólo de Japón, sobre las personas con discapacidad?
No tengo duda, los Juegos son el vehículo más importante para cambiar la percepción de las personas con discapacidad a nivel global. Son un ejemplo muy positivo para los jóvenes con discapacidad, que ven que pueden hacer cosas que no creían posibles. Y no hablo sólo del alto rendimiento. El deporte les ayuda en su vida personal, les ayuda a ser un ciudadano, a poder trabajar… El objetivo principal de los Juegos es cambiar la realidad y lograr un mundo más inclusivo a través del deporte, que no es un fin en sí mismo sino un catalizador. Hay casi un billón de personas en el mundo con algún tipo de discapacidad.
¿Qué pueden esperar los deportistas de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020?
Van a ser increíbles, serán unos Juegos espectaculares. Japón tiene una mezcla muy interesante de innovación con tradición y respeto. Estamos preparando todo para que sean los mejores Juegos Paralímpicos de la historia.
Los deportistas rusos no pudieron competir bajo su bandera en Pyeongchang 2018. ¿Podrán hacerlo en Tokio 2020?
Que Rusia no estuviese en los Juegos de Invierno fue una decisión muy dura pero fue la correcta. En enero de este año hemos levantado el veto de manera provisional, pero seguiremos observándoles de cerca. Confiamos en que sus políticas antidopaje están en consonancia con la AMA y con nosotros. Muy probablemente, estén ahora entre los cinco Comités Paralímpicos nacionales con mejor política antidopaje del mundo. El paso siguiente es competir en Tokio con normalidad, pero vigilados de cerca por todo lo que pasó. Esperemos que hayan aprendido la lección. Ojalá que no vuelva a suceder con otros países y si alguno tenía um sistema endémico antidopaje se habrá dado cuenta de que no va a ser posible con nosotros.
Se están celebrando ahora los Juegos Panamericanos en Lima. Su reto personal era celebrar unos Para africanos. Serán en enero en Rabat. ¿Por qué era y es tan importante para usted?
Yo soy de Brasil, un país en vías de desarrollo y en el que el 50% de la población tiene raíces en África. Cualquier presidente del IPC (Comité Paralímpico Internacional) tendría que invertir en este continente porque es el que está más atrasado en desarrollo deportivo y los Comités nacionales son muy débiles. Es un camino a largo plazo. Estos Juegos serán un impulso para el desarrollo del continente. Desde IPC no podemos cambiar la realidad económica de estos países, pero sí podemos intentar convencer a los gobiernos de que el deporte paralímpico es una buena inversión. No todos los deportistas llegarán a la élite. De hecho, muy pocos lograrán medalla, pero ofrecer programas deportivos a la personas con discapacidad puede mejorar su día a día. Los deportistas pueden cambiar el mundo.
El deporte femenino está en auge. En el deporte paralímpico, ¿hay mucha diferencia entre hombres y mujeres?
Nuestro objetivo es llegar al 50% de participación masculina y femenina en los Juegos, pero aún estamos lejos. En invierno la diferencia es más grande. Queremos tener más deportistas femeninas pero sobre todo, mujeres líderes en sus países y regiones y darles cargos de responsabilidad para que puedan inspirar a otras mujeres en el movimiento paralímpico internacional. Y no queremos deportes exclusivamente masculinos.
El 8 de septiembre cumple dos años como presidente. ¿Qué balance hace?
Estamos transformando el IPC en una organización para todos y en la que todos los Comités nacionales se sientan parte de nosotros. Tenemos que ser menos anglosajones. También vamos a cambiar nuestros estatutos y hay que hacer de forma más profesional la clasificación funcional de los deportistas.
