Álex Roca, ciclista español con un 76 por ciento de discapacidad, ha hecho honor al lema de «el límite lo pones tú» y tras superar con nota su participación en la Titan Desert rodeado de su equipo, ya sueña con su próximo reto: participar en el Dakar. Él mismo, y quienes lo rodean lo tienen claro: si se le mete en la cabeza, lo consigue.
Desde pequeño le dijeron que no podría hacer nada y que se quedaría en estado vegetativo porque desde los 6 meses de vida le diagnosticaron una encefalitis virica herpética (herpes cerebral) que le provocó una parálisis cerebral con un 76% de discapacidad física que le afecta en la parte izquierda del cuerpo.
Su movilidad es reducida, se comunica a través de lengua de los signos que traduce su compañera, Mari Carme, con quien convive en Barcelona desde hace 3 semanas, «una de ellas en la Titan».
Héctor Rodríguez, de 32 años, es vecino y amigo de Alex Roca. Ha sido durante 6 etapas el motor del tándem de la ilusión. Le conoció en la Gaes Pilgrim Race y le propuso ir a la Titan y tratar de olvidar el tiro fallido de Alex en el desierto el año pasado debido a una deshidratación que le obligó a retirarse.
También Hèctor es el motivador de Álex, el encargado de «ayudar a un amigo a cumplir su sueño, un chico que conoce bien a un deportista de enorme repercusión social, que ha firmado un contrato con una famosa multinacional del deporte.
«Parece que no le gusta competir, pero siempre lucha por lo mejor, es ambicioso y tiene una gran capacidad de convicción, un líder nato».
Héctor tiene un hermano, Alex, de 28 años, vive con su familia en el barrio de Sarriá. Se unió al equipo porque las aventuras las hace con su hermano. Es la «madre» de Aléx Roca, el encargado de echarle la bronca, de llevarle la mochila, la comida, de que se tome los geles y las pastillas. Además maneja el volante trasero accesorio para cuando hace falta remolcar a Roca.
«Voy atento a las caras que pone, a sus reacciones, para lo que necesite. Es una persona agradecida, que nunca se queja«.
Refiere Alex en la enorme carpa del comedor del campamento de M’Cessi que «Alex Roca es una persona diferente a cualquier persona, que lucha de igual a igual con cualquiera, sin prejuicios».
Pero también tiene razones para «regañar» a Alex Roca debido a que «es un auténtico adicto al móvil».
«Llevaba el teléfono siempre encima y le dije que eso no podía ser porque no quería que se despistara, Además, se agobia un poco por la repercusión mediática de su retos. Es una persona que se siente observada, mucha gente sigue sus pruebas y no quiere decepcionar a nadie».
Miguel Silvestre, excorredor de ruta y experto en conseguir «misiones imposibles» en retos en bicicleta,como el Reto Pelayo Vida Annapurna 2019, es el coordinador del grupo, el que aúne las capacidades del grupo de 5 personas que han hecho posible la hazaña de Álex Roca.
«Me llamó Álex porque quería que le ayudara a acabar la Gaes Pilgrim Race desde Madrid a Santiago. Yo era el director deportivo de la prueba, le asesoré y con Héctor Rodríguez logró el objetivo. Después me ofreció venir a la Titan y acepté».
Con el desierto marroquí en el horizonte empezó la preparación con Miguel Silvestre al frente el 7 de julio de 2018. Objetivo Titan Desert. «Había cosas que mejorar en relación con el año pasado y nos pusimos manos a la obra».
» Álex tiene mucho carácter y que hace las cosas a su manera. Es el capitán, contagia a los demás su entusiasmo y sabe obedecer. Mi misión en carrera es acompañarle, mirar el pulso, que no de pedales cuando no debe y cuidar de que descanse lo necesario».
Para Miguel, que representa la seguridad y la experiencia del grupo, el proyecto con Roca «es la extensión de mi trabajo y trato de cumplir como objetivo personal. Terminar la Titan es el éxito de un grupo con un líder. Ganadores nos sentimos los cinco».
Atrás quedan 6 días de pedaleo por el desierto. Los momentos más difíciles los relacionados con el calor y un paisaje que a Álex Roca no le gusta en absoluto, lo mejor el ambiente del equipo y un trato exquisito al protagonista del equipo «El límite lo pones tú».
Álex Roca se unió a la conversación con EFE en el campamento de M’Cissi, entusiasmado porque solo le faltaba un paso para cumplir el sueño.
» El año que viene no voy a venir, hay que buscar otros retos. Mi sueño ahora es hacer un Dakar y ya estoy recibiendo alguna oferta de colaboración. Ya veremos qué pasa, pero es un objetivo que quiero cumplir».
A Álex Roca le gusta el fútbol, es socio del Barça y va «siempre solo y contra viento y marea a todos los partidos del Camp Nou», dice su pareja.
«Coincidiendo con la reciente enfermedad de Iker Casillas se mostró admirador del exportero del Real Madrid porque considera que «representa los valores del Barça».
Cuenta Mari Carme que Álex es «un auténtico adicto a las chuches y nunca se va a la cama sin comerse unas cuentas». Sin embargo siente fobia por el agua, nunca la toma si no va acompañada de sales.
Desde hace tres semanas vive con su pareja, «una de ellas en la Titan», es un conductor habitual por las calles de Barcelona, usa el coche a diario para ir al trabajo, donde desempeña su función como contable de una empresa familiar y su figura crece día a día. El límite con Álex Roca no lo cono ni él ni nadie.