Ser papá es complicado, pero lo es más cuando se hace desde la oscuridad de los ojos y se compite contra los prejuicios o la discriminación. Pero si una enseñanza le ha dejado el deporte a Moisés Cerezo, seleccionado nacional de futbol para ciegos y débiles visuales, es la de sobreponerse a la adversidad.
Recién desempacado de territorio sudamericano, donde junto a otros cuatro poblanos ayudó a México a subirse al podio en la Copa América de Futbol para Ciegos y Débiles Visuales de Brasil, reflexiona junto a El Sol de Puebla sobre su vida como atleta, invidente y padre de familia.
“Las tres cosas son igual de complicadas, porque en las tres debes de ocuparte de todo. Y hacer las tres con una discapacidad, es doblemente difícil, porque la sociedad carece de la cultura del apoyo”, comenta sentado junto a sus dos hijos y sobrino.
“Como ciego te enfrentas por las calles a las barreras arquitectónicas de la ciudad y si buscas un empleo, la gente aún te discrimina para dártelo. Pero la verdad es que eso no debe de ser ningún impedimento para luchar, más cuando una familia depende de ti”, agrega.
Diego, hijo menor de Moi, aprovecha la pausa de su papá y lo anticipa en la palabra para lanzar lleno de ingenuidad un dardo a la sociedad.
“Nadie nace pensando en ser ciego, sin piernas o con una discapacidad, simplemente son personas con sueños y el deseo de nunca rendirse”, expresa alegre el pequeño.
La reflexión de Diego ejemplifica a la perfección la frase de María Montessori sobre sembrar en la infancia buenas ideas, pues “aunque hoy no las entiendan, los años se encargarán de descifrarlas en su entendimiento y de hacerlas florecer en su corazón”.
“A ellos no sólo debo de proveerlos de casa, vestido o sustento. Les debo también de conocer, debo de regañarles para enseñarles que algo no está bien y sobre todo siempre les digo que jamás dejen de soñar o presumir de metas”, explica Moi.
“Y a pesar de que uno también presume de altibajos, uno no puede dejarse caer. Así que cuando uno duda, porque también te pasa, te acuerdas de todo lo que has pasado y simplemente regresas… porque tu familia también está de por medio”, enfatiza.
Sara, la hija mayor de Moi, también participa en la entrevista y colocándose por un momento en los zapatos de papá, invita a otros padres a seguir luchando por sus sueños, “a pesar de sus trabajos y preocupaciones”.
A CONSIDERAR…
Después de lograr la medalla de bronce con México dentro de la Copa América de Futbol para Ciegos y Débiles Visuales, Moi retomará los deberes en los siguientes días para refrendar lo conseguido en Sao Paulo o mejorarlo dentro de los Juegos Paralímpicos de Perú.
En tierras incas, del 26 de julio al 11 de agosto, lo acompañará su hermano Lalo Cerezo, quien regresará a la máxima justa continental después de representar al país hace ocho años dentro de la especialidad de golbol. Tanto Moi como Lalo son dos verdaderas figuras poblanas.
EL DATO
Moi Cerezo actualmente trabaja dentro del ayuntamiento de Puebla, donde ha contado con el apoyo para continuar con su carrera como atleta de alto rendimiento.
“Los hijos también te ven, por eso cuando uno actúa bien, ellos también lo hacen… En mi caso, como discapacitado, hay que enseñarles a los niños la importancia de ayudar o ser más empáticos con nosotros”.