A escondida y durante un solemne silencio, Camila, quien cumplirá apenas ocho años de edad, se cortó el pelo como pudo y al salir de la habitación lo colocó en manos de sus padres “para que lo donen a los niños calvos y sin pelos que conocí en el hospital”.
Ya hace cinco años de su dramática decisión que cambió la vida diaria de su familia, hoy sus padres dirigen una fundación que no solo ayuda a esos niños cabezas peladas condenado a un rápido final por el cáncer que ella vio en un hospital de Cleveland.
El lanzador Carlos Carrasco a quien el destino acaba de darle un “jonrón” al diagnosticársele una leucemia, anda lleno de fe junto a su esposa Karry por muchos sectores paupérrimos en los cinco continentes con las manos llenas de ayuda.
“Todo empezó de esa manera, al hacer eso nuestra niña, al realizar un acto tan honorable entendimos que teníamos que responderle de igual modo, y es cuando empezamos a pensar que era hora de ir en ayuda de esos niños y de mucha gente necesitadas, sin importar su color, el país o circunstancias, solamente servir, ayudar es lo que nos mueve”.
Las palabras del lanzador de los Indios de Cleveland Carlos Carrasco vienen medio a medio y sin cola, nada de política ni situaciones de país alguno, nada en particular. Su fundación “Karry Carrasco”, que preside su esposa, ya ha llevado ayudas humanitarias a la India, África, Puerto Rico y a muchas comunidades y entidades de los Estados Unidos; también a República Dominicana, y a su terruño, Venezuela.
“Nada que ver con lo que vive Venezuela ahora” -asegura-, explica que han puesto atención en su tierra natal porque hay mucha gente que necesita ayuda en comida, medicina y en muchos otros renglones, pero su mano amiga y altruista va más allá de la política y está seguro que permanecerá en el tiempo aún cuando el panorama cambie, porque la idea nació antes.
Cajas a Venezuela
La fundación Karry Carrasco, aun no fuese creada para enfrentar la actual crisis en Suramérica en exclusivo, tampoco es un entes ajeno a su gente.
“Nosotros mandamos entre 60 a 80 cajas cada semana, puerta a puerta, a Venezuela hasta que este panorama se aclare, lo político lo echamos a un lado, lo importante es lo que sufre la gente.
“Ayudamos enviando de todo, comida, útiles escolares, medicamentos, medicinas especiales, utilería de deportes, ropa, pañales y alimentos de niños, y lo que nos pidan nuestros coordinadores”, revela al Karry, quien preside la entidad con Yenny Parra de vicepresidenta.