Antes de que Félix Sánchez pusiera a ondear la bandera de la República Dominicana en lo más alto de los Juegos Olímpicos, como lo hizo al ganar la medalla de oro en Atenas 2004, Robert Jiménez fue el primer atleta en poner a sonar del Himno Nacional en una cita olímpica, cuando conquistó la presea de oro en los 200 metros planos en la categoría T-12 de invidentes en los Juegos Paralímpicos de Atlanta 1996.
“Escuchar sonar el himno de la República Dominicana, fue como agradecer a Dios por lo que nos ha dado como dominicanos”, rememora Jiménez sobre aquel momento en el que recibió la medalla de oro y escuchó sonar las notas del canto patrio.
En la carrera por la medalla dorada, Jiménez superó al italiano Aldo Maganaro, quien era considerado el mejor corredor paralímpico del mundo, que finalizó con la plata y el bronce fue para el estadounidense Arthur Lewis.
Entrenado por Cristóbal de León y Virginia Vicioso, Jiménez, quien compitió en la categoría invidente, debido a una miopía que le ha causado una disminución de su visión en un 50 %, estableció el récord mundial y paralímpico de ese momento con un tiempo de 22:37.
Jiménez revela que antes del inicio de la carrera tenía la convicción de que ganaría la medalla dorada, convicción que ratificó al tener una salida en falso.
“Antes del inicio de la carrera le firmé un autógrafo a un niño norteamericano que estaba en silla de ruedas, recuerdo que le escribí, Robert Jiménez, campeón olímpico de los 200 metros”, recordó Jiménez, quien señaló que “en el primer intento para iniciar la carrera tuve una salida en falso y en ese momento estuve completamente convencido de que ganaría la medalla”.
Jiménez, quien en la actualidad ostenta el rango de mayor de la de la Fuerza Aérea de la República Dominicana, formó parte de la delegación dominicana de estos Juegos Paralímpicos, que estuvo compuesta por él y Zeferino Ventura, quien compitió en los 10,000 metros planos.
Robert, quien se inició en el atletismo en el Club Mauricio Báez, en el año 1978 de la mano del actual presidente de la Federación Dominicana de Atletismo, Gerardo Suero Correa, describió aquel momento en el que al final de la carrera se arrodilló en la pista como una muestra de la emoción y gratitud por lo que “Dios había hecho y continúa haciendo en mi vida”.
El medallista paraolímpico puntualiza las diferencias entre el trato a un atleta en la actualidad, a como lo era en su etapa activa en el atletismo.
“Las cosas anteriormente eran muy difíciles para nosotros, se podría decir en todo. Yo tenía que comprar, mis vitaminas y mis zapatillas, las cosas no eran como ahora que existen muchas facilidades para los atletas”, aseguró.
Uno de los puntos que más se diferencian del deporte en esos años y el de hoy día, es la receptividad que se tiene de los logros alcanzados. El triunfo de Jiménez hoy en día hubiese calado a lo más alto de las esferas del país, en ese momento solo los más cercanos celebraron esta histórica proeza.
“Mi familia me recibió muy contenta y el barrio estaba prendido cuando llegué”, recuerda Jiménez sobre su regreso al país luego de su gesta en Atlanta.
“Aquí no todo el mundo te conoce, pero cuando sales de aquí recibes el reconocimientos de las personas”, comenta el medallista de oro paraolímpico, al recordar que muchas personas le preguntaban en el aquel momento, donde estaba la República Dominicana.
Vida tras el retiro
En la actualidad, Robert Jiménez está casado con Miriam Peralta, con quien procreó a sus hijos Robert Oneal Jiménez e Ivanoska Jiménez y desde su retiro en el año 2004 es entrenador de atletismo en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte donde imparte sus clases los días lunes, miércoles y viernes.