Ya lo decía Nelson Mandela, «el deporte crea esperanza allí donde antes solo había desesperación». Y en el caso de las personas discapacitadas, es una forma de superarse a sí mismas y a las limitaciones físicas o intelectuales que les ha tocado vivir. Así, gracias al deporte, estas personas no tienen que renunciar a la práctica de ejercicio físico, y además se sienten parte de la sociedad. Y entidades, como por ejemplo la Federación Española de Deportes de De Personas con Discapacidad Física (@FEDEDDF), les ayudan a conseguirlo.
Así, desde un plano físico, ese deporte les ayuda al desarrollo de su musculatura, su función motora, a la mejora de su coordinación y equilibrio, su flexibilidad, además de prevenir las enfermedades relacionadas con su falta de movilidad o vicios posturales.Ads by Kiosked
Por su parte, este deporte adaptado es una herramienta de inclusión de social de este colectivo, además de ayudarles a relacionarse con personas diferentes, a ser empáticos o a fomentar el trabajo en equipo. Incluso muchas de estas personas han logrado, gracias a esta práctica deportiva, su integración en el ámbito laboral.
La actividad deportiva, señalan desde esas organizaciones, actúa también a nivel psicológico incidiendo en la mejora de la autoestima de estas personas que sufren algún tipo de discapacidad, ayudando a su independencia, a fomentar su responsabilidady a hacerles sentir que son útiles y válidos en esta sociedad.
Deporte sin límites
No hay problema alguno en que una persona que tiene una discapacidad física o intelectual practique un determinado deporte. Siempre y cuando esté adaptado a sus capacidades y limitaciones. Su muestra de tenacidad y superación son un ejemplo para todos.
Ya sea para dedicarse de forma profesional a ello o como hobby de lo más saludable, nunca es demasiado tarde para iniciarse en el mundo deportivo. Y hoy en día existen multitud de asociaciones y entidades públicas y privadas que fomentan y ayudan a que el deporte adaptado sea una realidad.
Así, se puede practicar natación (tanto si se tiene una discapacidad físíca como auditiva), ciclismo gracias a bicicletas especiales impulsadas con la fuerza de los brazos, baloncesto, golf, tenis, esgrima, fútbol, voleibol… La lista es interminable y no hay nada imposible si realmente se quiere conseguir.