Si tienes que elegir unas zapatillas para hacer running es mejor que descartes aquellas con exceso de amortiguación. Un reciente estudio de la Universidad Estatal de Oregon (Estados Unidos) demostró que este tipo de calzado aumenta las chances de sufrir una lesión.
La investigación, publicada en la revista American Journal of Sports Medicine, especificó que las lesiones se incrementan si el exceso de amortiguación se ubica en región anterior del antepié. Por otro lado, se concluyó que un período de adaptación a este tipo de zapatillas tampoco disminuye las posibilidades de sufrir inconvenientes.
«Estos zapatos pueden funcionar para ciertas personas, pero ahora mismo no sabemos para quién son buenos. Los hallazgos sugieren que las personas en realidad no cambian la forma en que corren con estas zapatillas, incluso después de una transición de seis semanas, lo que potencialmente les lleva a un mayor riesgo de lesiones», expuso Christine Pollard, coautora del estudio y directora del Centro de Excelencia de Investigación Ortopédica Funcional del campus.
Este tipo de calzado se empezó a usarse de formas más frecuente a partir del 2010 y aún no hay mucha literatura científica que haya explorado sus posibles efectos. En este estudio, se analizaron a veinte corredores, tanto hombres como mujeres, de entre 18 y 45 años de edad que realizaban distancias de al menos 24 kilómetros semanales.
A los participantes los hicieron realizar diversas pruebas de atletismo en dos sesiones distintas con seis semanas de diferencia. En ambos casos se les pidió que usaran zapatillas con amortiguadores y también el calzado más tradicional para este tipo de actividad.
En diálogo con ConBienestar el doctor Fernando Troilo, especialista en cirugía de pierna, tobillo y pie (MN: 91.741) explicó que todo tipo de zapato puede llegar a ser perjudicial: “El pie está hecho para ir descalzo. El asfalto y el calzado fueron un invento humano, de aquí que empezaron a aparecer diferentes patologías según la épocas y las modas”.
“El problema es que a veces aumentan mucho el DROP, que debe ser de aproximadamente 2 milímetros para elevar el talón y dar mayor comodidad. De ese modo, la carga en el antepié es mayor”, explicó Troilo.
“La amortiguación del antepié a mi criterio no solo es útil sino necesaria pero manteniendo los valores. La zapatilla del corredor debe personalizarse por un experto y en todo caso realizar los estudios de marcha pertinentes”, concluyó.