El caso de Michele Pittacolo es sinceramente admirable. Es el ejemplo vivo de que no hay impedimentos para superar los límites, ¿quién puede decir que estuvo en coma y que también fue campeón paralímpico? Él sí.
La historia de este italiano siempre estuvo ligada a los deportes. Cuando tenía tres años aprendió a andar en bicicleta, y de ahí nunca más dejó de pedalear. Al cumplir 13, su amor por el ciclismo lo llevó a ingresar al equipo Velo Club Latisana de la ciudad de Udine, donde compitió hasta los 25, que fue justo cuando empezó a hacerlo de manera 100% oficial.
Luego de ganar algunos títulos, todo cambió en 2007. En septiembre de aquel año, en una de sus tantas salidas a pedalear lo hizo sin casco. Justamente ese día, sufrió un accidente automovilístico.
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“Fui atropellado por un auto y las consecuencias fueron muy serias. Lo peor pasó en mi cabeza: fractura en el cráneo, daño cerebral que causó dificultad en el equilibrio, problemas en un ojo y parestesias en la mano derecha y el brazo, además de otras pequeñas cosas que ya ni me doy cuenta”, contó el deportista italiano al portal El Espectador.
De ahí en adelante, todo cambió para él. Michele debió aprender a caminar de nuevo, hablar e incluso recordar parte de su vida, porque el accidente le borró varios meses de recuerdos. Por lo mismo, dejó el ciclismo por un tiempo debido a los miedos que sentía, sin embargo, su amor por la bicicleta fue más fuerte.
“El primer día solo hice unos metros y ya estaba fatigado. Aumenté la distancia gradualmente y con el paso del tiempo pude pedalear más y más”, agregó el deportista, que luego de someterse a una reconstrucción en resina del lado derecho del cráneo y de que le pusieran una placa de titanio en la cabeza, volvió con todo al deporte.
Fue así como para el 2009, ingresó a las competencias paralímpicas en la categoría C4, que es para personas que sufrieron parálisis cerebral. Increíblemente, de ahí en adelante sólo sumó importantes triunfos en su carrera.
Medalla de bronce en los Juegos Paralímpicos de Londres y campeón italiano de pista en 2012; y segundo en la clasificación mundial de la Unión Ciclística Internacional (UCI) en 2014; llegando a ser el mejor de Europa en 2015, 2016 y 2017.
El camino de Michele no fue fácil, debió iniciar una nueva vida, pero al superar sus miedos tras el accidente logró convertirse en uno de los deportistas más destacados del ciclismo: “Si no me hubiera sucedido, habría sido una persona normal, quien hacía su trabajo y en los momentos libres montaba en bicicleta. No me habría convertido en lo que soy ahora”, reflexionó.
“El recuerdo deportivo más hermoso de mi segunda vida fue participar en los Juegos Paralímpicos de Londres en 2012 y subir al podio. Nunca olvidaré ese bronce. El Campeonato del Mundo de 2018 que gané me lo dediqué, en primer lugar, a mí mismo por todo el trabajo y los sacrificios que hice para prepararme”, recordó Pittacolo, quien además le dedica cada triunfo a su esposa Raffaella.
A más de 10 años del accidente, al parecer Michele no tiene límites, ¿y cuál es la prueba de esto? Se coronó campeón en la Vuelta a San Juan Inclusiva, en Argentina, realizada en febrero de este año, casi como una prueba de que cada vez se supera más. Para él, las motivaciones para seguir escalando, pese a sus discapacidades, son claras: “Los verdaderos valores de la vida son la familia y los amigos”.