Tokio sigue siendo un paraíso para los fumadores.
Pese a las estrictas leyes nacionales y municipales promulgadas el año pasado, los fumadores todavía pueden encender un cigarrillo en algunos bares y restaurantes. La publicidad sobre el tabaco está permitida en televisión y los paquetes no contienen advertencias sanitarias gráficas. Además, los cigarrillos son más baratos que en otras grandes ciudades.
Sin embargo, no se podrá fumar en los Juegos Olímpicos del año próximo en Tokio.
Los organizadores de Tokio 2020 anunciaron el jueves un estricto veto al tabaco y a dispositivos de vapeo en la cita olímpica.
Fumar estará prohibido en cualquiera de las sedes de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, ya sean cubiertas o exteriores, incluyendo las zonas perimetrales que estén gestionadas por la organización.
Según los organizadores, el veto es más estricto que las regulaciones vigentes en las dos últimas citas olímpicas de verano en Londres y Río de Janeiro.
«Tokio 2020 aspira a dejar un legado de mejor salud para el país en general», explicaron en un comunicado.
La legislatura nacional aprobó el año pasado una prohibición dentro de instalaciones públicas, pero la medida fue considerada como débil al excluir a muchos bares y restaurantes.
Por su lado, el gobierno de Tokio promulgó reglamentaciones más estrictas el año pasado para impedir el fumar pasivamente. Todas las normas entran en vigencia en la antesala de los Juegos.
Aún se permite fumar en pequeños restaurantes y bares. Constituyen la mitad de los establecimientos japoneses, donde es habitual observar a los clientes comer con palillos en una mano y un cigarrillo en la otra.
«Contrarrestar el tabaquismo pasivo siempre ha sido una preocupación», dijo Keiko Nakayama, funcionaria de sanidad del gobierno de Tokio en una declaración enviada a The Associated Press. «Queremos impulsar más medidas contra el fumado de cigarrillos para una vida más sana de la personas».
Las reglamentaciones sobre fumar en la ciudad serán revisadas dentro de cinco años. Pero regulaciones adicionales afrontarán una dura oposición pese a que el hábito de fumar ha declinado en años recientes.
El gobierno japonés tiene una fuerte inversión en el tabaco. Es dueño de una tercera parte de las acciones y el máximo inversionista de una compañía fabricante de cigarrillos. La industria fue un monopolio del gobierno hasta 1985 y fue importante fuente de ingresos tributarios.
Fumar en Japón es más barato en comparación a otros países desarrollados. Un paquete de cigarrillos Marlboro cuesta alrededor de 5 dólares. En Londres y Nueva York el precio es de 14 dólares y en Sydney llega a los 20.
Según la Organización Mundial de la Salud, el 32,7 por ciento de los varones japoneses fuman, en contraste al 24,4 en Estados Unidos. Las cifras más altas están en East Timor (78) e Indonesia (74,9), y las más bajas se encuentran en África Etiopía (7,6) y Ghana (7,1).