El MVP de la NBA se concentra antes de los partidos con una rutina muy particular: ejercicios de tiro y manejo de balón cual malabaritsa y lanzamientos desde el centro de la cancha y hasta desde el túnel de vestuarios.
Una serie de manías que le sirven para meterse en los encuentros. Así activa su modo killer.Ante Miami, antes de igualar un récord de triples y anotar 42 puntos en la victoria ante Miami, Stephen Curry alteró su metódica rutina.
Tenía una emotiva razón de peso: conocer a un pequeño admirador suyo de cuatro años que lucha contra un extraño cáncer cerebral.Shawn Kennedy viajó hasta Miami desde Nueva York con su familia para conocer al crack de los Warriors, que no dudó en alterar su rutina para pasar un tiempo con él. Curry conoció a Shawn y al resto de la familia Kennedy, se interesó por él, por su enfermedad, por su evolución y tratamiento, hablaron sobre baloncesto y le regaló las zapatillas con las que hizo el calentamiento con una dedicatoria muy especial: «Continúa siendo valiente».Acto seguido, Curry se llevó a Shawn y a su hermano al vestuario de los Warriors para que pudiera conocer al resto de la plantilla. «No esperábamos esto, va a volver a casa y se va a pasar todo el rato hablando de esto. Ha sido increíble», dijo la madre de Shawn.