Joe Thompson (Bath, Inglaterra, 1989) cumplió su sueño de jugar en la Premier League a pesar de que el cáncer estuvo dos veces a punto de arrebatárselo.
«En ese momento, sentí que todo el dolor, las lágrimas, los días oscuros… habían merecido la pena. Fue un alivio. Era un gladiador saltando a la arena a luchar. Era la gran revelación: contra todo pronóstico, con todas las apuestas en contra, lo había logrado. Estaba en Wembley e iba a disfrutar y a saborear el momento«, señala a Primera Plana el futbolista inglés del Rochdale.
El 28 de febrero de 2018, sobre un césped nevado, Thompson entró en el minuto 64 del encuentro del replay de la quinta ronda de la FA Cup que disputó su equipo, de League One -Tercera categoría-, contra el Tottenham. Logró su objetivo catapultando al planeta su historia. Un hito que le valió el ser nominado a ‘Momento Deportivo del Año 2018’ en los próximos Laureus, tras ganar el premio al ‘Momento Deportivo del Mes’ en mayo de 2018: «Me siento un poco abrumado. Lo que conseguí entonces hace que me sienta muy orgulloso. Fuimos goleados -el resultado final fue de 6-1 para los Spurs-, pero creo que sirvió de inspiración para otras personas que sufren o están en una situación similar«.
El medio llegó a la meta tras una carrera llena de obstáculos que le situó en dos ocasiones al borde del abismo. Una batalla contra el cáncer y por su supervivencia que comenzó en octubre de 2013, cuando jugaba en el Tranmere Rovers. Le diagnosticaron un Linfoma de Hodgkin con esclerosis nodular, un tipo de cáncer que se desarrolla en los ganglios linfáticos y vasos sanguíneos y que va extendiéndose por el cuerpo. . Una noticia que sacudió los cimientos de su vida y al fútbol inglés.
Una nueva vida
«En un partido, sentí que me movía a cámara lenta. Estaba agotado y sabía que algo no iba bien. Me empezaron a aparecer bultos en el cuello y me hicieron pruebas para descartar algo más grave. La clínica estaba en Wirral, así que fui con mi familia a pasar el día. Fue la peor decisión de mi vida. Cuando me dijeron que tenía cáncer, las paredes parecían derrumbarse a mi alrededor. Estaba en shock. Mi vida había cambiado en minutos. ¿Por qué yo? ¿Qué pasaría con mi carrera? ¿Viviría o moriría? Las lágrimas corrían por mi cara de vuelta a casa», confesó Thompson en FourFourTwo.
Su relato continúa: «En las siguientes semanas di la noticia a familia y amigos. Mi agente siempre me apoyó. El tratamiento no comenzó hasta seis semanas después y me sentí como un pato maniatado al que disparaban. Sufría sudores nocturnos en la cama, estaba fatigado, sin aliento… Tenía 24 años y me pusieron con los niños. El tratamiento fue cada dos semanas durante seis meses. La quimioterapia mata a la enfermedad, pero también a tu sistema inmunológico. El cáncer es una serpiente que va envolviéndote el cuello lentamente, pero a la que iba a ganar. Y la vencí».