«Edu Santas es un ejemplo de superación física y, más aún, psicológica. Ha luchado el doble que los demás y tenemos mucho que aprender de él. Vamos a hacer un buen tándem: él aprenderá de nosotros y nosotros de él«, dice orgulloso Mikel Landa a MARCA. «Y eso es lo que más ilusión me hace», prosigue. El ciclista vasco es el presidente del equipo Fundación Euskadi, que este miércoles presentará en Hernani a sus integrantes para la nueva temporada. En sus filas estará el ciclista paralímpico navarro.
Santas, que sufre una hemiplejia (parálisis) en el lado derecho del cuerpo desde que tenía cuatro años a causa de una varicela, acumula nueve medallas en 10 Mundiales paralímpicos (cinco de pista y cinco de carretera) y un bronce en velocidad por equipos en los Juegos Paralímpicos de Río en 2016. A pesar de su palmarés, ningún equipo le había abierto sus puertas hasta ahora.
«Competimos muy poco porque hay pocas competiciones de ciclismo adaptado y, además, tenemos que entrenar siempre solos. Para preparar un Mundial o los Juegos de Tokio 2020 necesitamos un buen calendario para tener ritmo de competición. En otros países sí forman parte de equipos y se nota. Para los paralímpicos es difícil encontrar uno y también patrocinadores por, lo que yo considero, discriminación. Hay cierto rechazo a la discapacidad y cierto desconocimiento del nivel que tenemos. Si queremos ganar tenemos que entrenar como profesionales», explica.
Eso mismo es lo que contó al ciclista Markel Irizar cuando coincidieron en un curso de directores de la RFEC y éste prometió ayudarle. Le contó su historia aLanda, quien no dudó en darle una oportunidad. Hará la temporada de ruta con el Fundación Euskadi. «Queremos que sea uno más entre los sub 23, que participe como el resto y tenga las mismas ayudas», dice.
Y Santas lo agradece. Por primera vez no va a tener que preocuparse del material ni de la parte técnica, entre otras cosas. «Me apoyan en un momento personal difícil para mí y es de agradecer ese apoyo humano«, dice. También se le abrirán puertas hasta ahora cerradas o difíciles de abrir. «A veces es difícil apuntarse a carreras con ciclistas sin discapacidad. Como no hay nada regulado, a veces los organizadores o jueces son reticentes a nuestro nivel, pero tenemos nivel para ir con ellos y ganar incluso a algunos de ellos», explica.
A partir de ahora va a ser y se va a sentir como un profesional de verdad gracias a Mikel Landa y su equipo, que han decidido apostar por él, por la inclusión. Porque no entienden de etiquetas sino de deportistas, de personas. Su único leguaje es el ciclismo.