Isidre Estevez predica con el ejemplo y lo hace a través de los proyectos de su Fundación, pero también mejorando año tras año en el Dakar en busca de, “más pronto que tarde”, pelear por el touareg de bronce al volante de un coche oficial.
Optimismo, trabajo, entrega e inquietud son algunos de los elementos que Isidre cargará en su maleta hacia el Dakar 2019 con el equipo Repsol Rally Team con un coche “mucho más competitivo” que en 2018, con el que espera seguir progresando en la carrera más dura del mundo.
¿Cómo llega al Dakar? Le vemos muy motivado.
¡Pero todo con los pies en el suelo!. Eso no quiere decir que quiera hacer más de lo que puedo hacer. Estamos en un equipazo que nos ha permitido hacer una buena pretemporada. En los test y el rally de Marruecos tuvimos muy buenas sensaciones. Podemos sacarle el máximo provecho al coche que llevamos. Hemos sido competitivos de verdad y eso nos hace llegar al Dakar 2019 con muchísimas ganas, con una muy buena puesta a punto.
¿Le valdría con hacer un top-15?
(Resopla) sería un resultado excelente.
¿Y un Top-20?
También sería excelente. Somos muy conscientes del potencial del equipo que llevamos y nuestra experiencia en el Dakar. Sabemos que hay estructuras como Toyota o Mini y coches varios como el Peugeot de Loeb, con potencial mucho mejor que el nuestro. Habrá días en el Dakar que quedaremos en la posición 30 o el 35. Pero lo que importa es el resultado final y pienso que ahí podemos ser más competitivos que el año pasado.
¿Cuál es su límite?
I
El límite te lo pones tú. ¿Dónde quieres llegar? Contamos con ayuda tecnológica para suplir la movilidad de las piernas. Hay otra que no, ya que cuando hay un problema en el coche yo no puedo bajar y lo hace todo Txema (Villalobos, su copiloto). Pero una vez el coche está lanzado, no hay impedimento para estar en primera línea. Podemos ser competitivos como cualquier otro. Mi discapacidad no es un problema para competir en esta disciplina a gran nivel.
¿Es posible luchar por el Dakar en un futuro?
El paso que queremos hacer en un futuro es el de disponer de un coche con un apoyo de un equipo oficial. Cuando dispones de ese coche y tienes la experiencia suficiente para rodar con él y con un programa deportivo que te permita adaptarte bien y sacar el máximo rendimiento, ya estás ahí. Estás en la primera línea de unos 10 o 15 pilotos que pueden ganar etapas y estar delante. Si disponemos de ese material, eres uno más que puedes ganar etapa o plantar cara ene el Dakar.
¿Debe enviar un mensaje en este Dakar para ese próximo objetivo?
No es necesario. Ya está enviado. Es algo que deciden los patrocinadores, hasta dónde pueden llegar, y es un tema hablado muchas veces con ellos. Todos sabemos dónde estamos, dónde queremos ir y cómo se llega. Todo es un tema de decisiones que se tomarán en un futuro, más temprano que tarde.
¿El año que viene?
No lo sé. (Risas) No es mi decisión. Por ahora disfrutemos de lo que tenemos.
¿Pero entonces se ve ganándolo?
Creo que tenemos que ir paso a paso. Mi objetivo es, en un futuro cercano, entrar a formar parte de este grupo de pilotos en coches que tienen opciones a ganar etapas y por qué no, el Rally.
Su tarea es importante en competición, pero también fuera del coche, con su Fundación.
Naturalmente. Ahora, mi tiempo está dividido en dos tareas, una es el mundo de la competición, y la otra es la Fundación. Tenemos dos proyectos principales como los Proyectos Puente, espacios en los que trabajamos a través de la actividad física con personas con discapacidad, y el del cojín inteligente, que es una realidad después de 7 años de un trabajo muy intenso y ahora este almohadón, el Nubolo, ya está en el mercado. Estoy encantado. Todo ello me aporta un equilibrio genial.
¿Qué destaca de su copiloto?
A parte de ser un copiloto que ha mejorado mucho, Txema tiene un conocimiento de la mecánica extraordinario que yo no tengo. Cualquier cosa que se pueda solucionar en el coche, la soluciona. Saber que paras el coche y que solventará el problema es una garantía.
¿Un sueño para este año?
Disfrutar del Dakar, estar satisfecho y llegar a Lima y estar contentos con el trabajo realizado. Y una vez acabado el Dakar, a trabajar a la Fundación.