Carmen López acaba de hacer historia en La Jolla (California). La joven asturiana, de 21 años, ha sido la primera mujer española en participar en un Mundial de surf adaptado. Su cuarta plaza -competían seis mujeres- le ha valido la medalla de cobre. «Espero que sea la primera de muchas, pero para mí lo importante es que sirva para que la gente con una discapacidad visual o de otro tipo sepa que si quiere hacer algo, puede. No hay barreras que lo impidan», dice convencida.
Sabe bien de lo que habla. Nació con un glaucoma congénito y, aunque no puede ver las olas, su sonido se ha convertido en la banda sonora de su vida. «Me he encontrado muchas barreras en mi vida pero en el surf ninguna«, explica. Se subió por primera vez a una tabla en 2013 en unas jornadas de surf solidario en la playa de San Lorenzo (Gijón).
En abril de este año, le volvió a surgir la oportunidad de surfear en unas jornadas en Somo (Cantabria) y le entró el gusanillo de la competición. En mayo empezó a entrenarse con Lucas García, campeón de Europa (2003) y subcampeón del mundo (2003 y 2006). «Es mis ojos en el agua. Siempre entro con él al mar y cuando estoy en la ola me silba (con un silbato) para indicarme por dónde viene», explica Carmen.
Entre los dos idearon el sistema de silbidos para comunicarse en el agua. Si la ola es por la derecha, silba una vez; si es por la izquierda, dos. «Es que cuando la gritaba no me oía por el ruido de las olas y del viento«, explica David. Ahora están dándole vueltas a un pinganillo acuático. Su protésico se ha ofrecido a financiárselo y supondría una gran mejora en la comunicación.
Trayectoria meteórica
La conexión entre ambos fue enorme desde el inicio. «Aluciné con su facilidad e intuición en el agua. Tengo gente que ve y que lleva el mismo tiempo que ella y no ha conseguido avanzar tanto. Tiene muy buen equilibrio y una gran capacidad de adaptación. No sé cómo lo hace porque yo, que tengo mucha experiencia, probé a cerrar los ojos en una ola y es una locura. No tiene miedo a nada y nada se le pone por delante. Es feliz en el agua, es su momento mágico», añade.
La asturiana rozó el bronce en el Mundial. Sumó 3.1 puntos. La portuguesa Marta Jordao fue tercera con 3.3. El oro fue para la inglesa Melisa Reid y la plata para la canadiense Ling Pai. Había llegado a la final tras superar dos mangas en las que se midió a surfistas con discapacidad visual de Inglaterra, Canadá, Brasil y Estados Unidos.
Detrás de su medalla de cobre hay mucho trabajo. Todos los días se traslada desde Oviedo a la playa de Salinas para entrenarse junto a Lucas. El trabajo en el agua lo complementa con el gimnasio. Y todo ello lo compagina con sus estudios a distancia de Integración Social.
«Mi meta es llegar a los Juegos Paralímpicos de París 2024», dice Carmen. En ellos se estrenará el surf. «Está abriendo camino y esperamos que mucha gente con discapacidad se anime al verla», añade Lucas.
