Armando Ortiz relata cómo ayudó a completar la Media Maratón de Córdoba a Manuel Garnica Roldán, quien se quedó sin guía con la carrera en marcha
Lo normal es que fuese solo una carrera más para Armando Ortiz (Bailén, 1979), pero se convirtió, como él reconoce, en una lección de vida. La reciente 34 edición de la Media Maratón de Córdoba hizo que debutara —por accidente— como guía de Manuel Garnica, deportista paralímpico que perdió a su guía habitual, Paco Castro, con la carrera en marcha. Ortiz y Garnica firmaron la mejor posición en el ámbito de los participantes con discapacidad. El estreno de la pareja fue exitoso.
El bailenense, docente de Educación Física, es honesto en el relato de cómo sucedieron los hechos. Bien podría remarcar la etiqueta de héroe por su gesto, pero nada que ver: «La lección de vida me la dio Garnica a mí», admite en declaraciones a este periódico.
«MI MIEDO ERA HACERLO MAL»
Ortiz se apuntó a la carrera sin grandes pretensiones. Ya en el trayecto había observado a Garnica, invidente, compitiendo con la ayuda de Castro. «Qué buen ritmo», dice Ortiz que pensó al verlos competir. Fue en el kilómetro nueve cuando ambos adelantaron al atleta de Bailén. De pronto, algo iba mal. Castro se paró en seco y miró a los lados. Preguntó si alguien podía guiar al granadino. «Yo estaba ahí, y no supe bien qué hacer. No es que me ofreciese directamente», admite.
El guía le dio la cuerda a Ortiz, y después se tocó el tobillo: estaba lesionado. El de Bailén tomó las riendas, literalmente, y dio las instrucciones al deportista paralímpico: izquierda, derecha, charco. Porque, para más épica, había agua.
Ambos completaron los 12 kilómetros restantes en una hora y 20 minutos. «Mi miedo era hacerlo mal, y que él cayera», reconoce Ortiz. Todo salió bien. El bailenense cuenta en su currículo con ser preparador del conocido atleta paralímpico de Linares ‘Agüita’. «Pero esta experiencia ha sido muy diferente», puntualiza.
LOS BAILENENSES RECONOCEN LOS VALORES DE ORTIZ
Los paisanos de Ortiz lo felicitan allá por donde van, también en espacios que no apelan al deporte, como una biblioteca. Él es jefe de estudios del Colegio Nuestra Señora de la Zocueca. Sus hijas Jimena y Adriana presumen del gesto del padre, enriquecido como deportista tras la cita en Córdoba.
«Manuel Garnica es un crack, por su humildad y por lo natural que es. Si el deporte es esto, me alegro de haber participado», sentencia el que fue su guía improvisado de un atelta que compitió en las Olimpiadas del año 2008 celebradas en Pekín.