«La vida me ha dado otra oportunidad. El 27 de marzo de 1990 tuve un accidente brutal esquiando. Me amputé el brazo entero. Estuve 50 minutos yo solo haciéndome un torniquete. Te das cuenta de que te estás muriendo y de repente la vida te da otra oportunidad». Es el desgarrador relato de Ramón Bailón. El madrileño, deportista paralímpico, ha estrenado una nueva faceta: la de runner. Sólo lleva un año y medio corriendo, pero hace un mes viajó a Nueva York para debutar en maratón y ayer vibró por las calles de Valencia. Se enamoró.
Ramón, a sus 53 años, habla de otra edad. «En 1990 volví a nacer. Me puedo considerar un millennial. Estábamos bajando por una pista y se quedó clavado el esquí izquierdo en la nieve y me lo clave a la altura del húmero. El brazo por un lado y yo por otro. Me reimplantaron mi brazo», cuenta el esquiador, curtido en mil batallas: «He estado en dos Juegos Paralímpicos y en un Campeonato del Mundo, he sido campeón de España y de Europa… Y tengo un récord del mundo de navegación en solitario al hacer 4.000 kilómetros en moto de agua».
Ahora se ha lanzado al running. «Estoy adaptándome a correr. El brazo no lo muevo. Cero movilidad. Era zurdo y me tuve que reinventar. Aparte tengo un bypass que se me ha cerrado. Ahora tengo sólo riego periférico y debo ir con el brazo en cabestrillo porque, si no, podría tener problemas vasculares», comenta Ramón, a quien un golpe y una lesión le impidieron firmar un mejor tiempo ayer: «Apoyo causas solidarias. Una de ellas es Ayúdame3D, que hace prótesis en impresión 3D para niños a los que les faltan brazos. Yo soy un afortunado». No puede contener la lágrimas.