El arresto por violencia de género del excampeón mundial puertorriqueño Daniel Santos esta mañana, y la serie de problemas en que se ha visto involucrado desde antes por su errático comportamiento podrían estar asociados a algún daño cerebral producto de los golpes que recibió en el boxeo durante sus años de carrera, opinó el doctor Enrique Amy.
Amy, director del Centro de Salud Deportiva y Ciencias del Ejercicio (Sadce) en el Albergue Olímpico de Salinas, cree que Santos presenta un cuadro de demencia pugilística que, si bien no todo boxeador llega a padecerlo, sí ha afectado a múltiples boxeadores a quienes el galeno ha visto a lo largo de sus 39 años de experiencia atendiendo atletas.
Al exboxeador se le arrestó por presuntamente infringir la Ley de Violencia Doméstica. De acuerdo con la Policía, Santos visitó este pasado lunes la residencia de su expareja en Bayamón. En el lugar, se alega, realizó varias amenazas a la mujer. La jueza Milagros Muñoz Mas determinó causa para arresto en ausencia contra el expúgil tras conocer los hechos. También le impuso una fianza de $100,000. Fue arrestado finalmente este jueves.
Exitosa carrera profesional
Santos peleó profesionalmente por espacio de 13 años, hasta 2009, y acumuló récord de 32-4 con 23 nocauts y un empate. Reinó como campeón welter y superwelter. Pero antes tuvo una fructífera carrera como peleador aficionado en la que amasó récord de 117-3 y que coronó con una presea de plata en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata, Argentina en 1995, y una de bronce en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996.
En total, Santos combatió sobre el cuadrilátero alrededor de 20 años desde que comenzó su carrera internacional en el aficionismo hasta que colgó los guantes como boxeador rentado en 2009.
“No a todo el mundo, pero le ocurre a algunos y yo lo he visto en el cambio de actitudes en diversos boxeadores. Eso puede pasar, que él haya tenido algún tipo de problema causado por una demencia pugilísitica, combinada probablemente con depresión”, explicó Amy, quien también preside la Organización Nacional Antidopaje de Puerto Rico (ONAD).
El médico, quien estuvo ligado a Santos por muchos años desde que lo atendió mientras el expúgil bayamonés era estudiante de la Escuela Especializada del Albergue Olímpico de Salinas, puede dar fe de que no era un muchacho problemático. Al contrario.
Cambio de comportamiento
“Jamás. Danny siempre fue una persona respetuosa, buen estudiante, buen atleta, disciplinado. Jamás me podía pasar por la mente que podía parar en esto”, dijo.
En ese sentido, la teoría de Amy de que Santos podría estar demostrando los efectos de algún daño cerebral parece tener mayor peso, sobre todo por las señales que ha demostrado.
Por ejemplo, según Amy, desde hace tiempo había estado en conversaciones con Orlando Rodríguez, quien fuera el entrenador de Santos en la Escuela del Albergue y cuando este se colgó el histórico bronce en Atlanta 96, para ser el sexto peleador puertorriqueño (último hasta ahora) que conquistó una medalla en Olimpiadas. Con este y otras personas allegadas conversó repetidas veces sobre la ayuda sicológica que necesitaba el peleador.
“Vi un vídeo donde él está tratando de entrar a una propiedad privada y hay un guardia de seguridad que le dice ‘usted no puede estar aquí’, y él insiste y no para de hablar. Entonces mezcla la agresividad con la religión. Definitivamente, necesitaba ayuda urgente. Pero vino la situación de esta mañana (ayer) que me enteré que lo arrestaron por violencia doméstica. Nos da mucha pena, pero él no está en sus cabales. Necesita ayuda profesional”, agregó Amy.
Señales del daño cerebral
El doctor aclaró que no se puede generalizar para diagnosticar un caso de demencia pugilística, pero al menos advirtió que hay unas señales que son claras y que pueden ser muestra de daño cerebral. “Conozco boxeadores que se pasan deprimidos, pierden sus reflejos, al deprimirse empiezan a usar drogas, a beber. Después de las drogas varía su comportamiento, se ponen agresivos. Se complica el panorama de una manera increíble. En el caso de él, pues es el comportamiento de un tipo verdaderamente desquiciado. No hay otra (explicación)”.
En tanto, el presidente de la Comisión de Boxeo Profesional de Puerto Rico, el excampeón mundial Luvi Calleja, dijo que se hicieron gestiones fallidas para tratar de internarlo en un hogar de rehabilitación.
“Siempre ha estado a la defensiva. La mamá siempre quería que buscara ayuda. Nosotros hicimos llamadas a personas, solicitando ayuda para meerlo a un programa de rehabilitación, porque en la calle estaba haciendo cosas por la misma condición (de adicción) de sustancias. Como habían cosas que nos llegaban por terceras personas, de cosas que hacía en la calle, pues estábamos locos porque lo internaran. Pero llegó este arresto por Ley 54”, lamentó Calleja, quien coincidió con Amy en el sentido de que nunca antes Santos había dado indicios de tener problemas de conducta.
El galeno dijo que un asistente de fisiología que laboró con el peleador en el Albergue de Salinas le contó que se había cruzado con él en una fiesta, y que Santos no lo reconoció.
“Se le paró de frente y le dijo a Daniel, ‘¿tú no me vas a saludar?’ Y Santos titubeó y entonces lo reconoció. Me dice la persona, ‘él tiene que haber estado bien mal, porque para no acordarse de mí…’, contó Amy.
Amy lamentó que no se hubiera podido hacer nada al respecto antes para ayudarlo. Se realizaron gestiones también para ingresarlo a un hospital siquiátrico privado, pero según aclaró estos tienen como política la hospitalización por solo una semana, y a su juicio Santos requiere un tratamiento más profundo y prolongado.
Intentaban hospitalizarlo
“Esta semana hablé con Orlando y le dije que mi opinión era que había que conseguirle (que se le aplicara) la Ley 408 en el tribunal, para que la policía lo arreste y entonces lo admitan en un hospital siquiátrico, que en mi opinión debe ser el de San Juan. Temo por su vida”, advirtió Amy. “Si va a la cárcel, allí va a tener problemas. Lo primero que va a hacer es pelear con alguien allí. Lo van a enviar entonces a siquiatría forense, que es la otra opción, donde envían a los presos agresivos que tienen un problema legal. Lo meten en siquiatría forense y allí se va a encontrar a unos más locos y no va a haber oportunidad de rehabilitarlo”.
La Ley 408 es un recurso que puede utilizarse cuando la persona representa un riesgo para sí misma, para otra persona o su propiedad. Pero Amy dijo desconocer si ahora con una acusación por violencia de género en su contra y una fianza de $100,000, será posible ingresarlo a una institución siquiátrica. Teme que de no poderse, ocurra una tragedia en prisión o Santos no pueda rehabilitarse.
Calleja, por su lado, dijo que a pesar de este suceso, seguirá haciendo gestiones.
“Espero que podamos someterlo a tratamiento en un hospital y que pueda ser el Santos de años atrás, ‘good looking’ e inteligente. Voy a hacer las gestiones con el Secretario de Correción, Eric Rolón, si le dan cárcel a Santos. Sé que va a poner su empeño para que reciba el mejor tratamiento y lo podamos ayudar para salir de la condición”.