Zacarías Bonnat Michel es un dominicano de padres inmigrantes haitianos, ganador de medallas de oro y bronce en las competencias de levantamiento de pesas de los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe que tienen lugar aquí.
Bonnat está vivo para contarlo. Hace poco más de un año tuvo que ser intervenido en dos ocasiones, a causa de un problema congénito.
Su niñez y adolescencia es una historia llena de tropiezos y dificultades por la pobreza en que se levantó.
Es uno de esos talentos ‘recogidos’ por la Federación Dominicana de Levantamiento de Pesas y llevado de la mano de William Ozuna, ha sorteado la carencia y recuperado su salud.
“A Zacarías lo descrubrimos mediante Moreno Martínez”, un entrenador que trabaja con talentos.
Bonnat vino de Bayaguana en el año 2013, con apenas 17 años. “Comenzamos a trabajar con él, pero no tenía papeles, aunque su padre había iniciado el proceso”, cuenta Ozuna, a pesar de que su padre Daniel Bonnat es residente legal, su madre María Rosa Michel, no.
Fue una odisea lo que tuvo que pasar la federación de pesas, según cuenta Ozuna, porque tuvo que poner abogados y hacer una gran inversión para completar el status legal de Zacarías, acogiéndose al Plan Nacional de Regularización se completó ese proceso a pesar de las dificultades.
En peligro de muerte
Fue en el año 2017 que Zacarías fue a un Campeonato Panamericano en Miami y un día antes del evento presentó un fuerte dolor abdominal y tuvo que ser llevado al hospital Kendall y le fue descubierto un “divertículo de Mckel”, un problema congénito que debió ser descubierto poco después de su nacimiento.
A su arribo a Santo Domingo fue llevado a un médico para continuar las evaluaciones y accidentalmente le fue perforado el intestino por lo que luego de cuatro días presentó fiebre muy alta y un día después fue llevado al Centro Médico Escaño donde fue nuevamente intervenido por el doctor García Thomas.
“En esa ocasión, se vió al borde de la muerte”, afirma Ozuna, quien como cabeza de la federación de pesas, no dejaron solo al entonces joven atleta.
En esa oportunidad, Zacarías perdió casi un metro de su intestino, recuerda Ozuna, quien no se arrepiente de haber asistido al atleta con todos los gastos de sus alimentos, medicamentos y otras necesidades.
Difícil proceso en pesas
El medallista es uno de tantos talentos que han salido del municipio de Bayaguana e incorporarlo a las pesas fue un proceso difícil. Zacarías tenía miedo de lastimarse, a pesar de que los médicos confiaron en que podía seguir haciendo su vida normal, incluyendo la práctica de las pesas.
“Hubo que llevarlo y hacerle una sonografía para que, mediante un monitor él viera que todo dentro de su vientre estaba bien.
La enfermedad que no pudo con la fuerza de Bonnat
