La medallista paralímpica Gema Hassen-Bey llama a tener «cuidado con el éxito» y «con los valores que transmite el fútbol masculino», que no el femenino, en referencia a la competitividad, y junto con compañeras deportistas insiste en el anhelo de buscar la igualdad sin dejar de ser mujeres.
Hassen-Bey ha protagonizado hoy en Zaragoza el Foro Mujer, Salud y Deporte, organizado por el Consejo Superior de Deportes (CSD), Universo Mujer e Iberdrola, junto a la expatinadora Sheila Herrero, la karateka Sandra Sánchez y la exwaterpolista Jennifer Pareja.
La paralímpica en esgrima, que fue la primera en ascender a la cima del Teide en silla de ruedas y ahora pretende hacer lo propio en el Kilimanjaro, reivindica un deporte inclusivo, para todos, porque «no necesitamos superhéroes, necesitamos superhumanos».
Por tanto, niega que un club esté para hacer deportistas de elite, sino para todos los ciudadanos, porque «el deporte es salud».
A ello, Sheila Herrero, quien batió todos los récords del deporte español en cuanto a títulos mundiales, añade que muchas veces son los padres quienes inculcan una excesiva competitividad en sus hijos, en lugar de promover los valores de salud y cultura del deporte, y provocan los abandonos tempranos.
Cuenta también cómo le costaba que los medios se hicieran eco de su trabajo, más allá de unas pocas líneas, algo que no consiguió hasta que a ella y a su representante se les ocurrió el reto «Patinadora contra ciclista», en el que se enfrentó al italiano Claudio Chiapucci.
Ve «muy injusto» que tuviera que hacer una «medio trampilla» para adquirir mayor relevancia, algo que cree que ahora está cambiando pero todavía a un ritmo muy lento.
«Me ayudó a vivir», es la justificación que da Gema Hassen-Bay a su práctica del deporte, con el que quiere dejar un legado para ayudar a las demás, para empoderar a las mujeres, para mostrar que si ella puede todas pueden alcanzar sus metas.
Sandra Sánchez vivirá en Tokio 2020 sus primeros Juegos, ya que el kárate se estrena como disciplina olímpica, y confiesa que de pequeña fue a su hermano a quien apuntaron a este deporte mientras ella hacía baile.
Pero ella quería ir con su hermano, demostrar que podía hacer todo lo que él hacía y así se ha convertido en la mejor de la historia en su categoría.
Jennifer Pareja, capitana de la selección femenina en sus mejores épocas y elegida mejor waterpolista en 2013, se congratula de que en sus inicios era un deporte «de chicos», que sus únicos referentes eran masculinos, y que ahora lo van cambiando.
Hay que «concienciar de que el deporte femenino puede ser tu vida», insiste, y así reducir la tasa de abandono entre las mujeres y que haya más deportistas y más éxito.
Entre las preguntas del público ha destacado la de la atleta y olímpica aragonesa Isabel Macías, presente en el acto con su bebé en brazos, que preguntó sobre la conciliación entre el deporte de elite y la maternidad, aunque ninguna de las cuatro participantes ha sido madre hasta el momento.
«Ya es un problema en la sociedad en general, imagina extrapolarlo al deporte», apunta Sandra Sánchez, quien resalta también el vacío legal y la falta de amparo que hay cuando esto sucede o las voces que dicen que «no vas a poder», por lo que agradece la visibilidad que han aportado deportistas famosas como la tenista Serena Williams.
Herrero urge al CSD, al Comité Olímpico Español, a las federaciones y a las instituciones a que escuchen a las mujeres deportistas, y que empiecen por la base, por las niñas en los colegios, en lo que coincide Pareja.
Eso sí, «buscar la igualdad no significa que las mujeres tengamos que ser hombres», dice la karateka; «queremos seguir siendo diferentes», remarca la waterpolista, quien señala también otra asignatura pendiente: la falta de entrenadoras.
Por su parte, Hassen-Bey afirma que le debe todo a sus maestros de esgrima, pero que le habría gustado tener maestras o, incluso mejor, maestras paralímpicas.
Más contundente ha sido la patinadora zaragozana después de que se planteara la ausencia de la reina a la hora de entregar trofeos al deporte femenino, mientras Felipe VI sí suele asistir a las finales de la Copa del Rey. Y es que recibió en 2002 el Premio Nacional de Deporte Reina Sofía y la propia monarca le dijo que cómo no se dedicaba a ser madre y criar a sus hijos, según sus palabras.
Por último, sobre los abusos sexuales en el deporte, se limitan a decir que denuncien, que es «muy triste que sea tan común» o la propia Herrero reconoce que lo vivió, pero que «a lo mejor» no fue «valiente» en su momento, sin querer añadir más.
A este respecto, la paralímpica ha aprovechado para denunciar homofobia y «mobing velado» en el mundo del deporte, después de que se lo hicieran pasar mal y hasta le anularan un campeonaato de España por mantener una historia «muy bonita» con una compañera.
Pasó de ser «la niña mona del equipo masculino» a ser «la amazona que te quitaba las espadas» y lo ha pagado «caro», lamenta.
La paralímpica Hassen-Bey advierte sobre valores del fútbol
