Tozuda, un sensor que detecta contusiones cerebrales. La utilidad de Tozuda es muy simple de comprender: has tenido un accidente en la bicicleta, golpeándote la cabeza en el acto. ¿Habré sufrido una conmoción cerebral o una lesión cerebral traumática? Es muy positivo tener una respuesta inmediata a esa pregunta, y Tozuda es capaz de ofrecerla.
Si bien no se trata del primer sensor de impacto -había otros antes que él- sí es el que da una respuesta más simple y el único que no cuenta con elementos electrónicos en su composición.
Tozuda consiste en una pequeña cápsula -completamente mecánica- con líquido y un tinte rojo. Si el casco -y en consecuencia el sensor, que se implementa en él- reciben un impacto lo suficientemente fuerte como para provocar una dolencia del tipo de las comentadas, el contenido se coloreará instantaneamente, por lo que el ciclista deberá someterse a las pruebas necesarias para cerciorarse de que no hay una lesión en la cabeza. Los cálculos están hechos para que, en caso de ponerse de color rojo, las posibilidades de conmoción sean del 60%.
Cada sensor tiene unas medidas de 15 mm x 15 mm x 40 mm y un peso total de 8 g. Se fabrican en Philadelphia y actualmente se encuentran en proceso de financiación a través de la plataforma de crowdfunding Kickstarter: han recaudado 15.000 de los 25.000 USD necesarios a falta de 13 días para terminar el plazo. A partir de 20 USD puedes adquirir un sensor Tozuda que recibirás, aproximadamente, en el mes de septiembre.
Tozuda, un sensor en el casco que detecta contusiones cerebrales
