Es necesario empezar a desterrar mitos y clichés de la sociedad con respecto al concepto trazado, por su gran mayoría, sobre los jugadores de fútbol. La ciencia avanza, las investigaciones crecen y algunas ayudan a cambiar conceptos o visiones sobre ciertas cuestiones instaladas en el clamor popular. En este caso, un estudio demostró que los futbolistas no son sólo habilidad y aptitud física, sino que las capacidades intelectuales son muy importantes y su inteligencia está por encima de la de muchos deportistas, e incluso de la población en general.
Es lógico que los jugadores tengan un estado físico de excelencia pero, a partir de este informe, también se podrán destacar las aptitudes cognitivas excepcionales. Según un grupo de investigación del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia), “son muy inteligentes”. Compararon el rendimiento intelectual de jugadores de equipos de primera división de la liga del país nórdico, con los de las divisiones inferiores, con individuos “normales” de la población y de otros deportes.
Conexión entre pensamiento y acción
El estudio mostró una diferencia notable entre los diferentes grupos, sobre todo en lo referente a las llamadas “funciones ejecutivas del cerebro”. Este tipo de inteligencia engloba varias aptitudes cognitivas, entre ellas, la coordinación entre pensamiento y acción, la flexibilidad mental para corregir al instante una decisión según lo que hagan otros jugadores y la resolución creativa de problemas en situaciones cambiantes. Los futbolistas manejan mucha información y resuelven en un plazo de tiempo corto una situación compleja. Por ejemplo, recibir la pelota y tocar hacia donde se había pensado o dejarla pasar para que la controle un compañero mejor posicionado. Este tipo de inteligencia resolutiva, no está ligada en exclusiva al deporte y se puede transferir a la vida cotidiana.
Sin embargo, los integrantes del equipo científico sueco, aclararon que esto no dista de las dificultades que el jugador pueda tener fuera del campo de juego, como por ejemplo la falta de claridad para expresarse frente a una cámara o en una nota, ya que eso tiene que ver más con la personalidad, que con el funcionamiento cerebral.
Cristiano Ronaldo, un claro ejemplo
A fin de año pasado, Cristiano Ronaldo fue citado en un centro de alto rendimiento de España, para estudiar las armas que lo hacen ser uno de los mejores futbolistas del mundo. Se analizaron sus innumerables destrezas físicas pero también sus capacidades mentales. Estudiaron su capacidad de concentración, sus habilidades visuales y la influencia de éstas, en su toma de decisiones. Mediante anteojos de rastreo ocular, analizaron dónde centra su atención y como actúa su vista al jugar.
Los resultados fueron sorprendentes y comprobaron que dispone de cualidades espaciales y visuales, excepcionales. Muchos jugadores sólo pueden seguir la pelota. Pero CR7 realiza movimientos oculares extraordinariamente rápidos y precisos que van del esférico al cuerpo del adversario, pero también a los espacios de alrededor. Según los investigadores, esto le permite anticipar los movimientos del rival y genera su aparente “facilidad” para gambetear.
El siguiente analizado en corto plazo, y en el mismo centro de alto rendimiento español, será Lionel Messi.
“Es así: piensan y resuelven más rápido”