EL Dakar es una prueba de superación. Exprimir el cuerpo y la máquina hasta el límite para poder superar dos semanas llenas de incidentes.
Los pilotos con más recursos y vehículos oficiales vuelan por las pistas de tierra y las dunas, haciendo que su nombre sea el más escuchado durante la duración de la prueba.
Pero lejos de ellos, casi en el anonimato, se encuentran otros muchos participantes que sin recursos tratan de salir adelante y avanzan día a día.
Entre los que partieron de Buenos Aires se encuentran Albert Llovera y Alberto Prieto. Dos individuos de la caravana que, sin duda, no son dos inscritos más, detrás de ellos existe una historia de superación más grande que la que exige el propio Dakar.
Llovera conduce un camión solo con las manos debido a un accidente de esquí que le dejó postrado en una silla de ruedas, mientras que Prieto perdió completamente la movilidad de su brazo izquierdo, aunque eso no le hizo dejar de luchar por su sueño y este año compite en la categoría de quads utilizando solo la extremidad derecha y las piernas.
Llovera ya es todo un veterano en esta prueba y actualmente vive su cuarta participación en el Dakar. Apasionado de los deportes y la aventura, su discapacidad no le ha impedido practicar diferentes disciplinas y ahora aspira a acabar su segundo Dakar consecutivo en la categoría de camiones.
El principal problema para el andorrano es controlar la potencia de su Tatra debido a que debe realizar las frenadas con la fuerza de los brazos.
Las tendinitis están castigando a Llovera y durante más de un enlace ha tenido que dejar que sea su copiloto el que lleve el vehículo, pero a pesar de todo esto, él sigue constante y ya ve como la meta de Rosario está a unos pocos días.
El que no podrá terminar en esta ocasión será Prieto. El madrileño realizó un trabajo físico y mental excepcional, basado en las artes marciales, y con su quad adaptado fue superando todas las dificultades.
Pero el Dakar no tiene piedad de nadie y el martes esta aventura de superación llegó a su fin. Prieto fue evacuado por el helicóptero de la organización, pese a que el propio piloto consideraba que podía seguir en carrera.
“Tan sólo hubiera necesitado que un coche o un camión me hubiera sacado de ese terreno”, comentó. Aun así, a pesar del abandono, Prieto ha derribado una barrera al ser el primero en conducir un quad en el Dakar con un solo brazo.
EL CASO DE CROIZON Entre estas historias de superación, se encuentra la de Philippe Croizon.
Este francés sufrió la amputación de sus cuatro extremidades tras recibir una descarga de veinte mil voltios durante veinte minutos. No obstante, él quiso salir adelante y sin miedo a superarse a sí mismo fue cumpliendo varios retos inimaginables, como por ejemplo, cruzar nadando el Canal de La Mancha. Ahora, Croizon se ha puesto la meta de correr el Dakar de 2017 y ya trabaja en la adaptación de un buggy que le permita navegar por tierras suramericanas conduciendo sin brazos ni piernas.
Llovera y Prieto dan un ejemplo de superación en el Dakar
