Isidre Esteve finalizó en 21ª posición el Dakar 2018, el segundo español tras Carlos Sainz en coches, con su vehículo adaptado en el que ha superado todas las dificultades de una edición «muy complicada».
¿Está contento con el resultado?
Naturalmente que sí. Ha sido un Dakar muy complicado en Perú y en Bolivia y Argentina ha sido duro también porque ha habido muchas horas de carrera. Además en Bolivia se complicó porque en algún río había más agua de la que esperábamos. Empezamos de una forma muy complicada porque nos costó dos días poner el coche a punto y hacer el 21, cuartos de la categoría, hay que estar contentos con el resultado y darle el valor que tiene.
La 40ª edición del Dakar ha sido muy dura, ¿ha notado el cambio respecto a otras ediciones?
Sí. Que Perú volviese a la carrera permitió al equipo de diseño de recorrido que este fuese muy exigente. En Perú las dunas no eran especialmente largas pero eran muy complicadas porque eran muy altas y picadas; era difícil remontarlas otra vez. Exprimieron al máximo el territorio peruano.
Una edición con dunas, altura, calor… ¿qué es lo que más le costó?
Perú. Las dunas eran muy exigentes e incluso creíamos que no lo podíamos hacer pero encontramos una buena puesta a punto del coche, sobre todo con la presión de los neumáticos. La experiencia y no tener miedo también nos ayudó.
¿Qué diferencia encontró con esta edición disputada en Sudamérica respecto a otras también duras pero que se disputaron en África?
Siempre que hablamos de comparar el Dakar sudamericano con el africano es muy distinto. El Dakar en África era, sobre todo, una gran aventura porque aunque sea un continente cercano para mucha gente es desconocido e inaccesible. El Dakar te permitía ir por lugares que solo no podías vivir esa experiencia y cuando te perdías creías que no te iba a encontrar nadie. Ahora en Sudamérica esta magia no existe porque hay zonas de público y si te pierdes vas a dar con una población; esta magia la ha perdido aunque sigue siendo un Dakar muy complicado y que ofrece otras ventajas como es la seguridad.
P.- ¿Cuál ha sido el momento más complicado con el que se queda de este Dakar?
R.- El primer día de la etapa Maratón en Bolivia hubo momentos muy intensos. En el kilómetro 25 de la etapa que iba de La Paz a Uyini tuvimos que vadear un río y cuando llegamos allí había tres coches dentro con sus pilotos y copilotos subidos pidiendo que alguien les sacara de allí . Tuvimos que buscar una alternativa y vimos que había un coche un poco más a la derecha que estaba pasando por el río y decidimos jugárnosla y al pasar el agua nos llegaba por las ventanillas. A raíz de esto tuvimos un problema con la electrónica porque se mojó y el coche se quedó bloqueado sin poder pasar de 100 kilómetros por hora y al ser etapa maratón hubo dos días que no pudimos pasar de esa velocidad aunque tuvimos suerte porque no eran etapas muy rápidas.
P.- ¿Cómo es el coche adaptado que conduce?
R.- El coche ha sido construido con el reglamento del Dakar. A nivel mecánico no hay ninguna diferencia la única que es notable es que yo llevo los mandos en el volante, llevo tres aros para incorporar el freno mecánico y el acelerador electrónico. Además en el cambio secuencial llevo un gatillo como si fuera el embrague de una moto que lo utilizo para poder arrancar.
P.- En esta edición ha contado con una autocaravana que le ha facilitado bastante las cosas
R.- Sí, sobre todo me ha aportado calidad de vida. Esta es potra gran diferencia respecto al Dakar en áfrica, allí sería imposible contar con una autocaravana. El hecho de llegar al campamento, bajarte del coche y en cuatro metros estar en la autocaravana te permite descansar mejor, y en mi condición es todavía más importante.
P.- El cojín inteligente que desarrolló también le ha supuesto una gran ayuda.
R.- Eso es lo que me ha permitido volver al Dakar. En 2009 sin él y me hice dos úlceras por presión que hicieron que estuviese un año y medio en cama. A raíz de esta experiencia Josep María Lloreda, presidente de KH-7, me propuso volver al Dakar y nos pusimos a trabajar en el cojín inteligente. El cojín está dotado de sensores de presión y microválvulas así que el cojín nunca tiene más presión de la establecida a pesar de que variemos de altura, se va adaptando. El cojín lo que hace es acelerar la irrigación sanguínea de todo el tejido que está presionado y esto te permite estar más horas sentado previniendo la aparición de la úlcera por presión.
P.- ¿Estará disponible para personas fuera de la competición?
R.- Sí, queremos que llegue al mercado y es la parte que más nos enorgullece. Vamos a hacer una presentación en abril con tres modelos diferentes de cojín para poder cubrir diferentes necesidades y llegar a un público distinto.
P.- ¿Cuáles son sus planes para el futuro?
R.- Continuar y mejorar. Si todo funciona como está planificado estaremos en el Dakar 2019 y haremos un preDakar para llegar en las mejores condiciones posibles. Tenemos un coche y un equipo con muchísimo potencial, por lo tanto vamos a mejorarlo. Durante el Dakar hicimos un diario de a bordo en el que apuntábamos lo que nos iba pasando y queríamos mejorar para el siguiente año así que eso nos va a servir mucho.
Esteve, el piloto que terminó 21 en el Dakar con un vehículo adaptado por su discapacidad
