No tiene brazos pero eso no es una limitación a la hora de jugar al tenis de mesa. Sostiene la pala con su boca y devuelve sin problemas y con rapidez las bola.
Probablemente para la mayoría sí lo sería, pero para el egipcio Ibrahim Hamato, no.
Su imagen es una de las imágenes de los Juegos Paralímpicos, de esas que uno no olvida porque demuestran que el ser humano es capaz de todo o, de casi todo, cuando se lo propone.
«La discapacidad no está en los brazos o piernas… la discapacidad es no creer en lo que tú quieres hacer», dice Hamato en un vídeo de la Federación Internacional de Tenis de Mesa (ITTF).
Su lema es ‘Never give up’ (Nunca te rindas) y él no lo hizo cuando perdió los brazos en un accidente de tren. Tenía 10 años entonces. Tres después empezó a jugar con la raqueta debajo de la axila pero no funcionó. 
«Intenté varias opciones hasta que lo hice con la boca», recuerda. «Espero que esto muestre a la gente que nada es imposible, siempre y cuando uno trabaje duro», insiste.
Ése es el mensaje que quiere lanzar y por el que el Gobierno de Japón ha anunciado su nombramiento como ‘modelo a seguir’ dentro de la campaña ‘Deporte para el mañana’ de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020.
Además, la Federación Internacional lo ha invitado en varias ocasiones a enfrentarse a grandes figuras del tenis de mesa.
Debutó en 2004 con Egipto y, a sus 43 años, está disputando sus primeros Juegos Paralímpicos. Ha acabado undécimo en categoría individual en los Juegos Paralímpicos de Río.
Entre sus aficiones está el fútbol y reconoce abiertamente que su ídolo es Cristiano Ronaldo.
Ibrahim Hamato, el tenimesista sin brazos
