Primero cabe preguntarnos, que es el deporte adaptado: podríamos definirlo como un tipo de actividad física reglamentada que intenta hacer posible la práctica deportiva a personas que tienen alguna discapacidad o disminución. Este tipo de deporte está adaptado a todos los deportistas con manifestaciones diferenciales de tipo motriz, sensorial o psíquico, o minusválidos.
En el caso de los pequeños gigantes, en términos médicos, la discapacidad de muchos es la “acondroplasia”. Esta condición es una displasia que se produce en los miembros largos, lo que impide su crecimiento. Esa alteración está en el cromosoma cuatro y eso genera que las personas de talla baja tengan los miembros inferiores y superiores más cortos.
Hay 200 tipos diferentes de enanismo, el más común de todos es la acondroplasia. “La mía es una en un millón”, dice Vilma una guerrera de la vida.
Su historia y la de Darío son muy parecidas. La discriminación no fue parte fundamental de sus vidas al contrario en muchas ocasiones todo fue normal. Ahora el deporte muchas veces fue una salvación y una bandera de lucha.
“Mis hermanos son normales y me trataron siempre igual. Soy preparador físico. Cuando entre al gimnasio era diferente, empecé limpiando y empecé a competir”, cuenta Darío.
El gimnasio salvo su vida. El deporte adaptado a lo largo de los años se fue modificando, aún más entendiendo que en el caso de las pesas, estás personas no tenían ninguna categoría ni podían competir.
Para Darío el cambio y el crecer fue una metamorfosis. “Me sentía re bien. Es el sentimiento de poder moverse y respirar. El hecho que te muevas es lo mejor de la vida”, cuenta.
La vida de los discapacitados mejoró, ahora las escuelas capacitan docentes y están listas para recibir a personas con discapacidad. Ahora el no, no es una opción. El tiempo les dio la razón a estos pequeños gigantes.
En la provincia el deporte adaptado tiene regla para todos y se convirtió en inclusivo. Luchar en pos de sus derechos, ahora les da la derecha y existen diferentes establecimientos y lugares donde el deporte adaptado es una realidad.
El discapacitado está asesorado todo el tiempo y cuenta con asistencia social. Lo bueno es que las cosas malas pasan para darle sentido a la vida, ellos supieron superarlo y crecer hasta convertirse en campeones de diferentes rubros.
Tanto Vilma como Darío han cambiado su vida gracias a profesores y gente que confió en ellos, gracias a contar su historia pueden inspirar día a día a que jóvenes y adultos en vez de quedarse en su casa, salgan y estudien o hagan un deporte.
Héctor empezó a olvidar el alcohol desde que empezó a hacer deportes, lo empezó a dejar de a poco. Su vida cambió para bien.
Hugo empezó a hacer deportes por la ropa, un día se decidió a correr. “me gusto, bajaba de peso, respiraba mejor”, dice. Otro gran ejemplo; a él no lo sacó de una adicción pero si cambió para siempre su forma de mirar la vida.
Ir a bailar, divertirse, lo que para todos es normal, para ellos es un desafió. Crecer, cambiar y entender fue parte de su proceso para no esconderse y salir al mundo.
El gimnasio fue una forma de descarga, el deporte el aire para contener el dolor, la angustia, las decepciones, frustraciones y hasta festejar las alegrías.
Está disciplina nos lleva a reflexionar, realmente las limitaciones pueden parar nuestros sueños de triunfar. La respuesta de cada uno de los dueños de tan emocionantes testimonios, sería que no…
Todo tiene revancha, los no son sólo el principio, son el comienzo de un desafío.
En la provincia la delegación jujeña es grande. Y son campeones en cada una de sus áreas. Los murciélagos, la asociación de básquet, el equipo de levantamiento de pesas, los paraolímpicos, etc.
Con las nuevas reglamentaciones y siendo esté el puntapié inicial, seguramente vamos a ver muchas copas y medallas nuevas en la provincia, muchas de la mano de estos pequeños gigantes.