Gordon Hayward ha pasado mucho tiempo con sus hijas desde que sufrió una grave lesión, aunque sus niñas de uno y dos años no entienden bien por qué su papá está en la casa mucho más tiempo que de costumbre.“Saben que su papá tiene un golpe”, dijo el alero de los Celtics de Boston el jueves, en su primera rueda de prensa desde que sufrió la lesión en el primer partido de la temporada de la NBA que probablemente lo margine por el resto de la campaña. “En la casa tengo un monopatín (para moverme), así que es otro juguete para que jueguen”.
Menos de tres semanas después de fracturarse la pierna izquierda cuando llevaba apenas seis minutos en la cancha, Hayward llegó a la cancha de entrenamientos de los Celtics apoyado en muletas para hablar sobre la lesión y sus planes para el resto de la campaña. Sin tener un plazo para su regreso a la cancha _ aunque su agente dijo que no será este año _ Hayward dedicará el tiempo a realizar terapia, ayudar a los entrenadores y “tirar desde una silla” para conservar la puntería.
“Ya estoy en el recorrido de la recuperación”, dijo. “Me siento bien de estar frente a ustedes (periodistas) y salir de la casa por un rato”.
Hayward jugó las siete primeras temporadas de su carrera en la NBA con el Jazz de Utah, antes de firmar un contrato por cuatro años y 128 millones de dólares con Boston, donde se reunió con su entrenador universitario Brad Stevens. Pero el alero cayó mal al saltar en el primer parcial del primer partido de la campaña contra Cleveland, y sufrió una horripilante lesión.
Hayward tuvo que ser cargado para subir al avión cuando regresaron a Boston esa noche, y Stevens insistió en ser una de esas.
“Brad quería ser uno de los que me cargara, así es él”, recordó Hayward.
Hayward fue operado al día siguiente por una fractura de la tibia y un tobillo dislocado. Su agente Mark Bartelstein dijo que se espera que se recupere por completo, “aunque es muy improbable que vuelva a jugar esta temporada”.
El basquetbolista indicó que ha recibido mensajes de todos los rincones de la NBA desde la lesión, incluyendo del jugador del Thunder de Oklahoma City, Paul George, quien sufrió una lesión igual de grave en una práctica con la selección estadounidense. Hayward estaba presente cuando George se lesionó.
“Sé que él sabe muy bien lo que se siente”, dijo Hayward. Agregó que una de las cosas que George le comentó es que la recuperación “no va a suceder tan rápido como uno quisiera”.