Fue una noche especial la que vivieron los Ravens de Baltimore, que vieron como al inicio del encuentro perdieron a su mariscal de campo estelar Joe Flacco, pero lo acabaron con triunfo arrollador de 40-0 ante los Dolphins de Miami.
En medio de una de sus mejores salidas de la campaña, Flacco fue golpeado en el casco por el apoyador de Miami. Cuando el linebacker de los Dolphins, Kiko Alonso, quiso detenerlo se estrelló contra él impactando con su hombro el rostro del rival.
El golpe hizo que el casco de Flacco volara y el pasador de 10 campañas de experiencia lucía fuera de sí mientras se ponía de pie. El hecho desencadenó un combate cuerpo a cuerpo que involucró a jugadores de ambos lados.
El jugador, atontado por el impacto, fue retirado del campo con una conmoción cerebral y no participó en lo que restó del encuentro. Las imágenes de video mostraron a Flacco sangrando de su oído como resultado.
Aunque Alonso fue penalizado por una rudeza innecesaria, no fue expulsado del campo. El entrenador de los Ravens, John Harbaugh, reaccionó furioso ante la acción de Alonso, pero luego se negó a opinar si pensaba que el jugador de Miami debería enfrentar una suspensión.
«No voy a comentar sobre eso», dijo Harbaugh. «Fue penalizado correctamente», concluyó.
La Liga Nacional de Fútbol había prometido tomar medidas enérgicas para prevenir las violentas lesiones de cabezas antes de la temporada, tras una creciente preocupación por el tema de las conmociones cerebrales y el traumatismo craneal en el deporte.