ATENAS, Grecia. Najib Alhaj Ali nunca se vio a sí mismo como un atleta. Pero después de su lesión, no se veía a sí mismo como nada en absoluto.
Durante los dos últimos años, el joven sirio de 13 años ha usado una silla de ruedas. El aceptar su lesión y la vida en el exilio habían agotado su confianza en el futuro.
Sin embargo, ahora, siendo refugiado en Grecia, Najib ha descubierto algo que le ha ayudado a imaginarse a sí mismo desde una nueva perspectiva: como un atleta paralímpico.
Hace dos años, un atentado con bomba contra su casa en la ciudad de Homs dejó al muchacho paralizado desde la cintura y hacia abajo. A pesar de su lesión, Najib y su familia huyeron de la lucha a su alrededor, y se enfrentaron a cruzar el Mediterráneo en bote de hule desde Turquía a Grecia. Finalmente se les concedió asilo en 2016.
En noviembre pasado, Najib se inscribió en un proyecto piloto de educación paralímpica gestionado por el Comité Paralímpico Helénico, la Fundación Agitos y el ACNUR. El proyecto está ayudando a capacitar a los refugiados con discapacidades, en particular a los jóvenes, dándoles la oportunidad de aprender deportes e incluso competir en el nivel paralímpico nacional. Para Najib, la experiencia ha transformado su vida, dándole una razón para luchar. Además, le ha dado al niño, que ahora tiene 13 años, los medios para tener una vez más algo que esperar en el futuro.