Durante los Juegos Paralímpicos de Río 2016 descubrimos historias de superación que nos emocionaron, pero también a deportistas de élite que se consagraron en la ciudad carioca y brillaron por encima del resto.
Es el caso del halterófilo iraní Siamand Rahman y de la atleta cubana Omara Durand, que ayer recibieron en Abu Dabi el premio a mejores deportistas de aquella cita, en categoría masculina y femenina, respectivamente, por parte del Comité Paralímpico Internacional.
Siamand Rahman se colgó el oro en Río tras hacer historia. Nunca antes en la halterofilia paralímpica se había superado la barrera de los 300 kilos.
El iraní levantó en la final 310. Para que se hagan una idea, es como levantar a tres bebés elefantes a la vez.
2016 también fue el año de Omara Durand, que compite con un guía dada su deficiencia visual congénita. Conquistó un hat-trick dorado en 100, 200 y 400 metros en Río, además de batir cuatro récords: tres del mundo y uno paralímpico. De hecho, su marca de 51.77 en la prueba de 400 fue mejor que la de cuatro semifinalistas olímpicas que habían competido apenas un mes antes en el mismo Estadio Olímpico.
En su currículum, además, aparecen dos medallas de oro en Londres 2012 y cinco en Mundiales. Ha sido nominada a los Laureus, fue la abanderada de Cuba en Londres y en Río y galardonada por el Comité Olímpico Internacional con el premio Juan Antonio Samaranch. En los últimos años sólo se ha bajado del podio para dar a luz a Erika. Y a los tres meses, ya estaba de vuelta a los entrenamientos.