El deporte inclusivo ha avanzado en los últimos años, derribando grandes barreras y creciendo en protagonismo: en los pasados Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro, tal y como señala el informe de Viewmetric, se televisaron en directo 174 horas a través de Teledeporte, un 21% más que en los de Londres 2012. La audiencia, mientras, llegó hasta un total de 10 millones de espectadores, cifras lejanas a las que se registraron durante 2012 (los más vistos de la historia), pero bastante buenas teniendo en cuenta la diferencia horaria. Sin embargo, para alcanzar la meta “todavía queda mucho por recorrer”, como reconoce Javier Coromina, director de Comunicación de Idilia Foods, compañía de alimentación española que integra la marca Cola Cao.
Para conseguirlo, lo primero de todo, es fortificar la base. Es lo que hace la Fundación Deporte y Desafío. Desde su nacimiento, año 1998, se asienta sobre un lema: Si puedo hacer esto, puedo hacer cualquier cosa. Una filosofía de vida con la que quieren alcanzar “la integración social de las personas con discapacidad física, intelectual o sensorial a través del deporte”.
Algo por lo que, como añade Coromina, “también pelean cada día el Comité Paraolímpico y Cola Cao”, que con el patrocinio de los Juegos Paralímpicos se adhiere al Plan de Apoyo al Deporte Objetivo Paralímpico (ADOP), cuya misión es proporcionar las mejores condiciones posibles a los deportistas paralímpicos españoles en su preparación para los próximos Juegos de Tokio 2020. En el caso del deporte paralímpico español, los resultados se traducen en medallas: 31 en Río de Janeiro.
“La práctica del deporte, independientemente de la actividad que se desarrolle, ya puede ser el esquí alpino, esquí náutico, golf, equitación o buceo promueve la independencia, aumenta la seguridad en uno mismo y anima a superar otras limitaciones, cuestiones todas ellas imprescindibles para la progresión social y laboral de nuestros participantes”, apuntan desde la Fundación Deporte y Desafío, donde resaltan que “de esta manera se demuestran a sí mismos que el límite de su discapacidad está donde cada uno quiera ponerlo”.
La institución, además, participa en la formación profesional e inserción laboral de sus participantes, “compaginando la organización de actividades deportivas con cursos enfocados a su integración en el mercado de trabajo, posibilitando de esta forma su completa integración”.
Otros ejes de actuación son la divulgación y promoción de estas actividades, asesoramiento a las instalaciones para la eliminación de barreras arquitectónicas y proporcionar información y ayuda técnica a personas con discapacidad, familias, asociaciones u otros organismos.
Deporte y Desafío es una fundación privada sin ánimo de lucro, por eso todas las actividades desarrolladas, como explica Carmen Pardo, directora de la Fundación, “están financiadas por alguno de nuestros patrocinadores, con el objetivo de que esta financiación cubra la práctica totalidad del coste de cada curso o actividad, repercutiendo el mínimo coste sobre los participantes”. Una cadena colaborativa a la que se suman también diversas escuelas deportivas de toda España, que ponen sus instalaciones al servicio de este programa.
Deporte y Desafío para 1.500 personas
A lo largo de 2016, la institución llevó a cabo 95 cursos, englobados en 18 programas deportivos. En total fueron más de mil días de actividad (casi tres actividades por día, con el mes de agosto de vacaciones), ofreciendo la oportunidad de practicar deporte adaptado a más de 1.500 personas con discapacidad en diez ciudades diferentes de la geografía española.
Todo de la mano de un equipo reducido compuesto por la directora, cuatro coordinadoras de programas deportivos y una coordinadora para la gestión de eventos y los programas de integración laboral. Los programas deportivos los llevan a cabo profesionales de los diferentes deportes, especializados en discapacidad, que trabajan con la Fundación Deporte y Desafío desde hace años, ajustando la enseñanza en función de las distintas capacidades y niveles de los asistentes.
Cada año se trata de incorporar nuevas disciplinas y lanzar nuevos programas deportivos y cursos. En este 2017 se ha estrenado la danza. “El objetivo es seguir creciendo y aumentar la oferta deportiva, dando la posibilidad al colectivo de discapacidad de que cada persona pueda encontrar el deporte que más le guste o que más se ajusta a cada uno”.
Antes de iniciar una actividad lo primero que se hace es buscar instalaciones accesibles y adecuadas para poder realizarla y profesionales especializados tanto en el deporte en cuestión como en discapacidad que impartan las sesiones. Se valora si es necesario utilizar material adaptado o incluso la formación especializada de profesores y voluntarios. “Todo ello para poder ofrecer un servicio de máxima calidad adecuado a cada necesidad concreta”, señalan desde la Fundación. Después se desarrolla un proyecto y se busca financiación a través de patrocinadores privados, apoyo de otras fundaciones y donantes individuales.
Cola Cao y el deporte paralímpico
“No sería posible hacer lo que hacemos si no tuviéramos la suerte de contar con el apoyo de empresas concienciadas con nuestra misión, favoreciendo el éxito de todos los proyectos”, señala la directora de Desafío y Deporte, en la que colaboran empresas como Santander, Fundación Prosegur, Deutsche Bank, Fundación Telefónica, la Caixa, Grupo Lar, Fundación Cepsa, El Corte Inglés, Fundación ACS, Rovi, el Real Patronato de Discapacidad, Ineco, Fundación Mutua Madrileña, BNP Paribas, Fundación Pelayo “y un largo etcétera”.
A través de sus programas de voluntariado corporativo y de las áreas de RSC “brindan un apoyo extraordinario, no sólo a nivel económico, sino también a nivel humano. Acercamos a una realidad, muchas veces desconocida, a muchas personas que, con una sensibilidad especial y mucho entusiasmo, hacen posibles todos los proyectos”.
En el caso de Cola Cao, su unión con el deporte llega “desde sus orígenes, hace más de 70 años”, explica Coromina, quien destaca que patrocinar al Comité Paraolímpico “ha sido un paso muy natural para Cola Cao, del cual nos sentimos muy orgullosos”. Y lo hace con dos reconocidos deportistas como padrinos: Daniel Stix y Ricky Rubio, “representantes de una manera muy especial de los valores del deporte que nuestra marca promueve desde sus inicio: la superación, la recompensa asociada al esfuerzo, el trabajo en equipo, el disfrutar de lo que se hace por encima de las victorias y las derrotas, el no tener un no como respuesta”.
La historia de superación de Daniel Stix se escribe con mayúsculas. Nació con cáncer y con tan solo un 20% de probabilidades de sobrevivir. A sus 17 años ya ha ganado la Liga y la Copa del Rey de baloncesto en silla de ruedas con el primer equipo del CD Fundosa de la Once. “¿Si me considero un ejemplo? No creo que lo sea, simplemente pretendo plasmar mis experiencias por si pueden ayudar a otro”, responde el atleta paralímpico en Río de Janeiro 2016.
Stix pone en valor el apoyo de las empresas: “La ayuda de patrocinadores es vital, ya que nos permite tener mejores condiciones de entrenamiento durante las etapas de preparación de la competición”. Colaboración más que necesaria en un contexto deportivo cada vez más competitivo. España ha bajado en número de medallas en las dos últimas Olimpiadas, 31 en Río 2016 y 42 en Londres 2012, pero se mantiene entre los primeros quince países del mundo.
“Daniel representa de una manera auténtica nuestros valores. Nos enseñó que el ejemplo de los deportistas paralímpicos es eterno”, subraya Coromina. El sueño de pequeño de Daniel era acudir a unos Juegos Olímpicos, y lo consiguió en Rio 2016, cosechando una medalla de plata con la selección española de baloncesto en silla de ruedas. “Su energía, cómo disfruta del deporte, su pleno convencimiento de que las barreras sólo existen en nuestra cabeza… Es un ejemplo para todos: niños y mayores. Todas estas razones nos han llevado a sumarle como padrino en nuestra fiesta del deporte paralímpico”.
Fundaciones, clubes, patrocinadores y, por supuesto, deportistas son conscientes de la importancia de la suma de esfuerzos. En el caso de Deporte y Desafío, la participación de las diferentes compañías también se extiende a los eventos lúdicos-deportivos organizados por la Fundación cada temporada: la cena benéfica de verano que cierra cada año el curso, la Fiesta Deportiva en Familia, los Retos Navideños, el Mercadillo de verano, los torneos de pádel y golf o el Club Runners Solidarios. Todo para “concienciar a la sociedad sobre las capacidades de este colectivo, fomentando los deportes adaptados y actividades al aire libre en un ámbito de normalidad”.
Gracias a los programas deportivos, ya sea a nivel paralímpico o a nivel amateur, aumenta la libertad de las personas que tienen una diversidad funcional, promueven su independencia y les ayuda a descubrir su potencial social, mental y deportivo. Actividades en las que pueden participar amigos y familiares de las personas con discapacidad, evitando así posibles aislamientos y aumentando la visibilidad de estas personas en entornos normalizados. Como resume Carmen Pardo, “no sabemos si el deporte es el mejor recurso, pero sí que es una herramienta efectiva para alcanzar el objetivo”.
Deporte inclusivo: la suma de todos para alcanzar la integración
