Desde que el año pasado se desvelara que Kenenisa Bekele había tomado una bebida especial durante la Maratón de Berlín, el tema no ha hecho más que generar expectativas.
Se trata de la bebida desarrollada por la empresa sueca Maurten, que trabaja en colaboración con el proyecto Sub2 liderado por Yannis Pitsiladis, científico y fisiólogo deportivo profesor de la Universidad de Brighton. El objetivo de Sub2 es conseguir romper la barrera de las dos horas en la distancia de los 42 kilómetros.
De nuevo, la bebida de Maurten estuvo en el centro de la atención después de que Wilson Kipsang, otro de los atletas involucrados en el proyecto, ganara la Maratón de Tokio, estableciendo el récord del circuito con una marca de 2h03m58s. El año pasado en Berlín, Bekele, el fondista estrella de Sub2, consiguió el segundo mejor tiempo de la historia, después del de Dennis Kimetto.
Ahora Maurten retira el velo de misterio que envuelve a la bebida. ¿Qué tiene el brebaje? Tan sólo cinco ingredientes: maltodextrina, fructosa, pectina, alginato de sodio y cloruro de sodio. El polvo, al mezclarse en agua, se convierte en una bebida con alto contenido de maltodextrina y fructosa, que instantáneamente se transforma en hidrogel en la acidez del estómago. Después se transporta del estómago al intestino donde el agua, la sal y los carbohidratos son absorbidos.
La idea es que el cuerpo sea capaz de tolerar mayor cantidad de carbohidratos durante las competencias, aliviando el vaciado gástrico, además de permitirle a los músculos obtener la energía necesaria durante la actividad física y mantener una alta concentración de glucosa en la sangre.
Todavía no está a la venta pero en su página web ya están los precios: la bebida pequeña (160) cuesta 39 euros y la grande 45 (320). Según la marca, la de 320 contiene el doble de carbohidratos de que lo se pensaba posible: 80 gramos.
Maurten, la “bebida milagrosa” de los maratonistas, al descubierto
