David Fernández Rey (Xinzo de Limia, 1989) es ciego total desde los once años, debido a una sobredosis de medicamentos: «Fue una negligencia médica, al principio pasas el duelo de quedarte a oscuras, no sabes como reaccionar y menos a esa edad, pero no queda otra que levantarse y seguir adelante». Es así como lo recuerda este ourensano voluntarioso, que encontró muchas de sus motivaciones en el deporte y en la meta de completar algún día sus estudios de Periodismo.
«Probé con la natación y con alguna otra modalidad, pero me adapté mejor al atletismo y, en concreto a los lanzamientos», puntualiza el gallego que asumió la determinación de desplazarse a Madrid en el 2007 para ir al colegio de la ONCE. Después de una nueva etapa en casa, en el 2011 regresó a la capital, justo en un año en el que otro encuentro marcó su vida, cuando le concedieron la opción de disponer de un perro guía: «A veces hay que esperar demasiado tiempo, pero tuve la oportunidad de conseguir uno en Estados Unidos y conocí a Diesel, mi inseparable y fiel compañero. Fue en Rochester, una localidad del estado de Michigan.
En la actualidad tiene ocho años y sé que llegará un momento en el que deberá jubilarse, porque este tipo de animales se retiran llegado un tiempo de servicios, pero formamos un gran equipo».Su hermana María Jesús completa un trinomio competitivo que en los últimos años ha logrado cotas importantes como las medallas de bronce en lanzamiento de disco, durante los Campeonatos de España del 2016 (Alcorcón) y 2015 (San Javier), además del triunfo en peso, dentro del marco del Campeonato de España de las Comunidades, disputado en el 2014 en Alfaz del Pi.
De cerca ha podido seguir la estela de mitos paralímpicos españoles como David Casinos o Kim López, a la vez que asimilaba los consejos de un entrenador de la talla del gigante palentino Sinesio Garrachón: «Ahora lo dejará y veremos a quién me asignan, pero todo lo que sé me lo enseñó él y le estoy muy agradecido. Sobre todo me ha inculcado una cultura de esfuerzo que seguiremos para mejorar centímetro a centímetro nuestras marcas».Aún viviendo entre tinieblas, David tiene clara la hoja de ruta para perseguir su sueño, la internacionalidad. Milita en la categoría F11, donde junto a las personas que no ven absolutamente nada, también compiten otras que sí pueden distinguir algunas formas: «No somos muchos los que estamos encuadrados en esa división.
La mayoría están en F12, en la que los atletas ya tienen bastantes referencias, mientras que la F13 la van a retirar, porque el nivel de minusvalía era mucho menor».Lucir la camiseta española es un sueño que Fernández Rey estima complicado, pero en ningún caso imposible: «No es fácil, los deportistas paralímpicos tienen que buscarse ellos mismos su financiación y las competiciones internacionales son escasas. Pero si tienes una ilusión y la persigues, a base de trabajo se puede conseguir».Y seguramente será difícil decirle que no a un valiente como David, que también se defiende en las redes sociales, como locutor de radio e incluso como actor en alguno de los aclamados espacios publicitarios de la ONCE. Va a por sus sueños.