Nicolás Pueta, de 16 años, sorprende practicando ese deporte en el Club San Andrés. Padeció una malformación congénita en el fémur izquierdo, había sido sometido a tres intervenciones quirúrgicas y se le reconstruyó el hueso, más corto que el derecho. La pierna derecha quedó a la altura de la rodilla izquierda. Nada frenó su impulso y amor propio. En 2007, Pueta fue distinguido por la International Board Rugby con el premio Espíritu del rugby.
Año 2017. En la cancha del National Resort & Spa, de Palm Beach Garden, donde se está desarrollando el Honda Classic del PGA Tour de golf, un chico es la atracción del Pro Am. Junto con los profesionales y algunas celebridades, se filtra la simpatía de Tommy Morrisey, al que muchos conocieron hace 3 años en el Ellen DeGenerees Show, un renombrado programa de entrevistas de la TV de Estados Unidos. Como el rugbier Pueta, Morrisey, de 6 años, tuvo una malformación congénita, pero en el brazo derecho. Lo que no le impidió aprender, perfeccionarse y cautivar a los amantes del golf a partir de sus destrezas. Y la admiración brota instantáneamente cuando se lo observa realizar el swing, con un increíble balance, e impactar la pelota a distancias que oscilan entre las 70 y las 100 yardas.
«Aprendimos que concentrarse en la discapacidad no lleva a ninguna parte», confesaron alguna vez sus padres, Joe y Marcia. Que rápidamente percibieron que al pequeño Tommy no lo atraían los mismos pasatiempos y juguetes que chicos de su edad. Por algún motivo, y en virtud de que Joe tenía un juego de palos y que viven en Florida -donde hay muchos campos de golf-, le llamaban la atención los hierros y las maderas, al punto de llevar a su cama algunos de ellos para las horas de descanso. Su madre Marcia contó una anécdota curiosa: «Suele dormir con 8 palos y un día se despertó asustado porque se había olvidado uno. Salió de su habitación gritando Necesito mi driver».
Así fue como su papá pensó en que Tommy tomara al menos una clase de golf. Le resultaba extraño imaginar cómo reaccionaría, habida cuenta de las dificultades que tiene iniciarse en ese deporte hasta tomarle el timming a un par de tips determinantes: equilibrio del cuerpo, pase de cadera en el regreso del swing y fijar la vista en la pelota hasta impactarla. Con el agregado de que lo haría con un solo brazo. Durante un verano, en un viaje a Linwood, en Nueva Jersey, visitaron al profesional Jeff LeFevre. «La verdad es que era medio escéptico cuando lo vi. Tenía 3 años. A esa edad los chicos no juegan al golf. Pero Tommy era diferente. Le di algunos consejos. Su posición y equilibrio eran perfectos. Lo miré de atrás: lo hacía bien, armoniosamente. Una y otra vez. Tiene grandes aptitudes para el golf», afirmó LeFevre al recordar ese primer encuentro.
Al referirse al problema congénito de su hijo como consecuencia de un coágulo, Joe Morrisey lo califica como «un regalo y un desafío». Y así lo afronta este niño que moviliza al golf norteamericano. Desde la creación de una fundación, hasta la organización de un peculiar duelo con los profesionales, en la antesala del torneo: todos jugaron empleando solamente un brazo. Nada que un profesional no pueda hacer, en definitiva, ya que muchas veces, en las primeras clases o para corregir algún defecto, los profesores suelen ejercitar a sus alumnos con swings sin la utilización del brazo derecho, determinante en el momento del impacto y en el pase de la muñeca.
Fue un momento distendido, de aplausos, sonrisas y felicitaciones de los grandes jugadores del PGA Tour para Tommy. Disfrutando además de tiempos en la zona de práctica, ejecutando drivers con el argentino Emiliano Grillo y con el norteamericano Bryson DeChambeau. Un estímulo para alguien que seguramente tiene sueños de competencia en el futuro. Y también un bálsamo para la fundación «Sin límites» para chicos con un brazo que lidera y que recibe donaciones, como los US$ 5000 que acreditó en Palm Beach Gardens. Morrisey viaja por el mundo como parte de la campaña benéfica y así también se lo ha visto en el tour Asiático.
Su cuenta de twitter (@onearmgolfer) registra imágenes junto con Arnold Palmer, Phil Mickelson, Bubba Watson, Jordan Spieth, Rickie Fowler y hasta un recorte de Golf Digest con Tiger Woods a los 5 años, en el que se hace hincapié del fenómeno que estaba llegando para hacer historia. Con Tiger, su favorito, ha participado en varios eventos de caridad. Tommy sorprende hasta a las propias figuras con sus aptitudes. También tiene un recuerdo con el legendario mariscal de los Patriots, Tom Brady, a quien de tanto en tanto emula arrojando la pelota de fútbol americano a buena distancia.
«Me gusta el golf en su conjunto. Todo, todo, mucho», dice el pequeño Tommy. «Nació en diciembre y creo que fue un milagro de Navidad. El golf lo hace feliz y eso es lo importante», asume Marcia. Fuera del ámbito familiar, lo ven como un inspirador de superación.