El indio Dharam Pal Singh dice haber nacido el 6 de octubre de 1897. Con sus supuestos 119 años y una figura espigada y barbada, mantiene una dieta saludable y ha corrido toda su vida. Su mayor desafío era participar de Campeonato Mundial de Atletismo Senior (mayores de 35 años) que se llevó a cabo de a principio de noviembre en Perth, Australia.
Desde la India, Singh pagó la tasa de admisión y se inscribió para correr los 100, 200 y 400 metros en Perth. Pero como carece del dinero para llegar a Australia viajó hasta la capital de la India para intentar conseguir alguna beca o sponsor que financie su viaje a Australia.
Si lograba llegar a competir, no sólo se convertiría en el atleta más longevo de la competición, sino en el varón más viejo del mundo. Hasta ahora, la edad más alta certificada para un hombre es 115 años. Una mujer, la francesa Jeanne Calment, fallecida en 1997, tiene el récord de longevidad con 122 años.
El problema es que pocos creen que la edad de Singh se cierta.
«Sospechamos que miente su edad», le dijo al The New York Times Vinod Kumar, el secretario de Deportes Senior de la India.
Thomas Perls, un gerontólogo de Boston especialista en personas centenarias, sostiene que «el 99 por ciento de los casos de personas que sostienen tener más de 115 años no son ciertos». Y agregó que la posibilidad de que Singh tuviera 119 años años y estuviese en condiciones de correr son tantas como las de «construir un cohete y viajar a Plutón». Para Perls es directamente «inconcebible».
Si Singh no llegaba a la carrera, el corredor más veterano en Perth sería el australiano John Gilmour, de 97 años, un veterano de la Segunda Guerra Mundial que fue capturado por los japoneses y puesto en campos de trabajo forzado. La mal nutrición y las duras condiciones dañaron su vista para siempre. Aún así, reanudó su carrera atlética tras la liberación. El dolor del deporte no significaba nada comparado con el dolor del tiempo que pasó prisionero.
Para leer, Gilmour necesita lentes de gran aumento. Utiliza anteojos oscuros en el exterior para evitar el brillo del sol. Puede distinguir las líneas del circuito por el que debe correr pero no logra ver los números que llevan sus competidores. Hasta después de los 60 años fue capaz de correr un maratón en menos de tres horas.
Con la competición de este año realizándose a apenas una hora y media de su casa, Gilmour decidió volver al circuito después de 11 años y anotarse en las carreras de 800, 1.500 y 400 metros. En esta última, podía competir con Singh.
«Difícil de creer», dijo Gilmour sobre los 119 años alegados por Singh. «Tiene suerte de estar vivo, mucho más corriendo por ahí».
Al revés de Gilmour, que tiene infinidad de documentos que certifican su edad, Singh nada ni nadie que valide su fecha de nacimiento, como ocurre con miles de personas en el interior de de la India.
Por años, las autoridades del deporte indio le estuvieron solicitando algún papel que pudiese servir de evidencia de su edad: registros de escolaridad, militares, bautismo, atención médica, registros escolares de sus hijos… Pero Singh no tiene certificado de nacimiento ni fue a la escuela. Dice que su madre le dio un horóscopo para sustentar su fecha de nacimiento. Un certificado firmado por el jefe médico del distrito de Meerut, en el estado indio de Uttar Pradesh, sentencia que por su estado general y, tras un análisis de rayos X de sus huesos, Singh aparenta tener «100 o más años».
«No tenemos absolutamente nada certero para comprobar su edad», dice Sandy Pashkin, el estadounidense que se encarga de homologar los récords mundiales de atletismo senior. «Puede que tenga 80, 100… No lo sabemos».
«Los que me acusan de falsear mi edad están celosos de mi salud, mi edad y mi capacidad para correr», responde Singh. «Si me vieran caminar con un bastón y la espalda doblada, nadie dudaría de mi edad. Sin bastón y con la espalda derecha parezco de 80 o 90. Mi buena salud se convirtió en mi condena», se queja.
Dharam Pal Singh asegura que los secretos de su larga vida como granjero en la aldea de Gudha fueron una dieta con leche de vaca, mil de hierbas y frutas de estación. Evita la manteca, la comida frita, el azúcar, el tabaco, el alcohol y hasta el té y el café. Cultiva arroz, trigo, caña de azúcar y vegetales, duerme en una cama dura para mantener su espalda derecha, se duerme a las 11 de la noche y se levanta a las 4 de la mañana. Comenzó a correr cuando arriaba vacas en la adolescencia y trata de correr todavía cinco kilómetros al día.
«Voy a competir hasta los 125», asegura. «Quiero que mi país esté orgulloso de mí».
El australiano Gilmour había dejado de correr en 2005 para atender a su esposa enferma que falleció hace cuatro años. Para su regreso no pudo entrenar como hubiese querido debido a las secuelas del tratamiento de un cáncer de próstata, una infección en los intestinos y otra en el pecho. Estaba inquieto por la bolsa de colostomía que asomaría debajo de sus shorts. Así y todo, se entrenó corriendo unos tres kilómetros por día.
Cuatro corredores estaban anotados para la carrera de 800 metros en la categoría mayor, de 95 a 99 años. La noche anterior a la carrera, Gilmour estaba especialmente preocupado por Arthur Carbon, un corredor profesional australiano que volvía las pistas después de 50 años. «Él tiene 96, es joven aún. Si es rápido, lo voy a dejar escapar».
Pero finalmente Carbon decidió no participar en los 800 metros, para concentrarse en otras carreras más cortas. Y los otros dos competidores también desertaron a último momento por lesiones.
Así que dos grupos etarios de categorías distintas corrieron juntos. Gilmour corrió con el rumano Dumitru Radu, de 90 años. Al ser de categorías distintas, ambos conseguirían una medalla de oro si llegaban a cruzar la meta.
Radu lu hizo en 8 minutos y 59 segundos. Gilmour, en 9 minutos y 19 segundos. Al llegar, cada uno se sentó en una silla y tomó un vaso de agua.
Singh finalmente no consiguió viajar a Australia. Dijo que había juntado el dinero para viajar pero no consiguió una carta de invitación para tramitar la visa. Las autoridades de la competición respondieron que no era necesaria ninguna carta de ese tipo. ¿Un malentido? El misterio se profundizó.
«Lo lamento porque hubiese sido un orgullo para la India mi participación», dijo Singh.
Pero en los últimos días surgieron más malas noticias para él. Apareció un certificado de transferencia escolar que sugiere que Singh tiene «alrededor de 78 años» y no sería analfabeto como había dicho.
«Quisiera saber cuál es la edad real de este hombre», afirmó Stan Perkins, el presidente de la Asociación Mundial de Atletas Mayores. «Cualquiera que sea de 80 para arriba estaría en condiciones de competir, sin dudas. «Aún en 10 años podría estarlo».
«Para entonces tendrá 130», se rió Pashkin, que lleva los récords de la competencia.
«Muy probablemente», dijo Perkins.