Alcanzar el oro y hacerlo como el abanderado español son las dos únicas metas que le quedan a uno de los deportistas más laureados de los últimos tiempos.
Cuando lo de Atlanta, José Manuel Ruiz Reyes (Guadix, 1978), era todavía un niño. Tenía 17 años y hacía apenas cuatro que había empezado a practicar el tenis de mesa en aquel pabellón municipal en el que tantas horas pasó durante su infancia y que hoy lleva su nombre. Ruiz pagó los platos rotos al ser un novato en los Juegos Paralímpicos de 1996 y su actuación pasó prácticamente desapercibida a los focos. Eso sí, le sirvió como aprendizaje. La experiencia le enseñó ese lema que hoy lleva grabado a fuego en el corazón: quien algo quiere, algo le cuesta.
Cuatro años más tarde llegó a Sydney 2000 para alcanzar una plata individual y un bronce por equipos. Su historia en el tenis de mesa mundial empezaba a cambiar. Eran sus segundos Juegos y, por entonces, este estudiante de Magisterio y de la antigua INEF, ya se había puesto a escribir un currículum que está al alcance de muy pocos deportistas en todo el mundo.
A saber, entre los hitos más relevantes del palista de Guadix encontramos dos platas y dos bronces en paralimpiadas, dos oros y plata mundial, cuatro oros continentales y seis copas del Rey, entre otros muchos torneos de orden nacional y autonómico. Pero no queda ahí, José Manuel Ruiz, que ha llegado a acumular cerca de dos años como número 1 del ranking mundial de forma no consecutiva, podría encadenar el próximo verano sus sextos Juegos Paralímpicos si acaba el año entre los primeros del ranking. De momento es quinto y con una solvencia de puntos que le otorga suficiente tranquilidad como para no arriesgar en los próximos torneos que se celebrarán de aquí al 31 de diciembre.
Alcanzar el tan deseado oro en Río de Janeiro sería cerrar el círculo en una hoja de servicios excelsa en la que solo se puede echar de menos tan preciado premio. El currículo deportivo de Ruiz deslumbra, aunque su propietario se encarga de endulzarlo con una humildad exquisita. Esa dice, ha sido la máxima que ha imperado durante toda su carrera.
Atendiendo a tales lauros y con un objetivo tan grande por delante, a nadie se le escapa la posibilidad de que fuera José Manuel Ruiz Reyes el abanderado del Equipo Paralímpico Español en los Juegos de Río. «Por más palabras que te dijera no iba a poder expresar lo que significa asistir a la inauguración de unos Juegos. Si deciden que tenga el honor, porque para mí sería un honor ser el abanderado español en los Juegos Paralímpicos de Río 2016, sería impresionante», reconoce.
Hace pocos días ha sido elegido por sus colegas europeos para defender sus intereses en la Federación Internacional de Tenis de Mesa, «es una responsabilidad grande», dice, «saber que un grupo importante de jugadores me ha elegido a mí para que los represente a nivel internacional. Quiere decir que te tienen en cuenta, que saben que soy una persona que ama su deporte y que intenta lo mejor para él».
Pondera también el apoyo que está recibiendo de instituciones como el COE, la RFETM o las firmas privadas que ayudan tanto a él como a sus compañeros a compaginar el deporte con sus actividades laborales, «los deportistas paralímpicos decimos que para las empresas somos muy rentables porque si apuestan por nosotros como patrocinadores no solo lo hacen por el deportista, sino que además conlleva una serie de valores que otros no tienen. Apostar por nosotros es hacerlo a caballo ganador», advierte.