Para el jonronero dominicano Albert Pujols estar en las Grandes Ligas no es un ‘juego’. Es un compromiso que también ha asumido en su vida personal. No solo se cuadra bien en el terreno de los más encumbrados estadios del mundo. También lo hace en los alrededor de 140 actividades benéficas que organiza la Fundación Familia Pujols.
Es a través de esta entidad que, junto a su esposa Deidre, trabaja para llevar alegría y bienestar a las personas con síndrome de Down. Irónicamente asume como una bendición que su hija Isabella, de 19 años, forme parte de quienes viven con esta condición.
“Para mí y para mi esposa ha sido de mucha enseñanza haber sido elegidos por nuestro Señor Jesucristo como padres especiales, y en el nombre suyo es que desde el 5/5/2005 venimos trabajando para contribuir a que estas personas tengan mejor calidad de vida”, dice satisfecho del deber cumplido. Es así como deja claro que su más potente cuadrangular lo da cada vez que estas acciones dan sus mejores resultados.
Una voluntad comprometida
Oscar Villanueva, presidente de la Fundación Quiéreme Como Soy, y el pediatra infectólogo José Brea del Castillo coinciden en que en República Dominicana ha habido un despertar respecto a las personas que viven con alguna condición. Tanto en el trato respetuoso como en el amoroso, la sociedad ha experimentado un vuelco favorable por la inclusión, dicen.
Albert Pujols la ‘bota’ por el Síndrome de Down
Isabella, Ezra, Albert Jr., Sophía, y Esther Grace son los hijos de Albert Pujols. Ellos, junto a su esposa Dreide dan sentido a su vida. Por si fuera poco, miles de personas con síndrome de Down complementan lo que desde afuera cualquiera podría llamar una vida perfecta.
Quien así lo piensa, no se equivoca. El pelotero dominicano de Grandes Ligas no se ha detenido a contar su fortuna hecha a ‘palos limpios’. Se ha dedicado a compartir lo mucho que Dios le ha dado con quienes lo necesitan. Sus acciones dejan claro que hace honor al segundo mandamiento: Amar al prójimo como a sí mismo.
Aunque admite que los valores familiares que desde niño recibió lo han hecho un ser humano sensible, fue a partir de la prueba más fuerte que le ha puesto el Señor que se percató de cuán vulnerable era como cualquier mortal. Su hija Isabella, de 19 años, tiene síndrome de Down, lo que le ha permitido que afloren sus más puros sentimientos.
No se ha conformado con ser una de las pocas personas que sacan un 100 en su examen de ciudadanía para hacerse estadounidense. Ha trabajado para sacar esa puntuación en su contacto con los demás, especialmente con las personas por las que labora la Fundación Familia Pujols.
“Desde esta institución, mi esposa y todo un equipo que no solo sabe servir al Señor, sino también a los más necesitados, hemos logrado resultados de excelencia en diversas comunidades de Estados Unidos, donde llevamos actividades que repercutan en el bienestar de las personas con síndrome de Down”, expresa un Albert Pujols desprovisto de todo ego.
No vacila en acentuar que las alrededor de 140 actividades que hacen durante todo el año, no es nada más responsabilidad de ellos. “Tenemos un grupo de persona que aporta, que se identifica con la causa, que ayuda y que participa de la manera más solidaria. Es más, en el torneo de golf que hacemos, que es la jornada más importante de la fundación, hay quienes aportan y ni siquieran juegan este deporte”, manifiesta feliz.
El jugador dominicano, coronado como uno de los mejores de todos los tiempos, sostiene que otra gran actividad organizada por la entidad que preside es una cena benéfica, durante la cual las personas con la referida condición, disfrutan hasta más no poder junto a sus familiares. “Y de verdad que para mí sería grandioso poder hacer todo esto en diferentes partes del mundo, que no nos quedemos solo en las comunidades norteamericanas, sino que podamos ir por toda América Latina, por todos los sitios que podamos para que sigamos tomando consciencia respecto al amor y bienestar que hay que dispensarles a esas personas”, puntualiza.
Otras contribuciones
Aunque emigró a Estados Unidos junto a su familia en 1990, su amor por República Dominicana está intacto. La muestra es que viene con regularidad en misiones de su iglesia a visitar los sectores más pobres del país. “Yo vengo de una familia de escasos recursos, pero nunca imaginé que aquí había gente viviendo en la más extrema pobreza. No ha sido fácil ver de cerca esa realidad. Venimos y ayudamos en todo lo que esté a nuestro alcance con operativos médicos, y a algunos hasta les ponemos su negocito para que se mantengan; y de verdad, esa es una labor que me satisface”.
Escucharlo hablar es como alejarse del Albert Pujols que conocemos: un hombre rudo y con la fuerza necesaria para sacar la bola por los 400… Cualquiera creería que por ser un pelotero de su potencial le gustaría que sus hijos lo recuerden siempre por ello. Pero no es así. “Quiero que el legado que le deje a mis hijos sea el de ayudar a los demás, el amor a la familia y lo importante que es que estas acciones se sigan haciendo de generación en generación”, enfatiza.
Sobre el logro de su amada Isabella, quien obtuvo dos medallas de oro en sus primeras Olimpiadas Especiales de natación, Pujols no ocultó al mundo la felicidad que sentía al conocer que las destrezas de su hija la habían hecho merecedora de tan valiosos lauros.
Proyecto de Quiéreme Como Soy
Desde que en 2010 Oscar Villanueva dio forma a la Fundación Quiéreme Como Soy, la situación de las personas especiales en el país ha sido otra. Ya las familias de estos no ven su situación como una prueba de fortaleza, sino como una enseñanza divida. En su caso particular, con su hijo Luis Oscar, ha vivido muchas ‘Diosidencias’, y una de ellas es que hoy los dominicanos cuenten con mejores condiciones para las personas que viven con alguna condición.
Para Villanueva, la inclusión en el país toma cada vez un mejor repunte en favor de las personas que viven con algún tipo de condición especial. “Y seguiremos avanzando. En nuestros planes está la construcción de un centro en la Jacobo Majluta que permita capacitar a estas personas en diversas áreas. El terreno está, así como el aporte de la Fundación Quiéreme Como Soy, gracias a los fondos obtenidos de las actividades realizadas. Solo nos falta que se concrete la promesa de Gonzalo Castillo, ministro de Obras Públicas, y de eso estamos seguros”, confía.
Los aportes de la referida fundación, así como los avances obtenidos en el país al respecto, también fueron destacados por el pediatra José Brea del Castillo, quien junto a su esposa ha contribuido a estos resultados a través de la Asociación Dominicana de Síndrome de Down, la cual fundaron a raíz del nacimiento de una de sus hijas que lo tiene.