En las montañas del departamento colombiano de Bocayá, donde Nairo Quintana creció, nadie pensaba que pasaría de los tres años de vida, ya que al poco de nacer contrajo una extraña enfermedad conocida como ‘tentado de difunto’ que le provocaba fuertes diarreas y hemorragias por la nariz y por la boca. “Olías a muerto”, escribió en 2013 el periodista Enrique Rojas en una carta abierta publicada en el diario El País de Cali.
Pero Nairo, el cuarto de cinco hermanos de una humilde familia campesina, no sólo sobrevivió, sino que años más tarde se convirtió en un ciclista profesional muy bueno.
Una vieja bicicleta de su padre, que utilizaba desde pequeño para desplazarse al colegio Alejandro Humboldt de Arcabuco, situado a 18 kms de su casa en Cómbita –vecina a Tunja, donde nació el 4 de febrero de 1990–, tuvo la culpa de su vocación. La ida era en bajada, pero en la vuelta tenía que negociar cuestas de hasta un 8% de desnivel y en más de una ocasión tiraba con una cuerda de la bicicleta de su hermana Esperanza o su hermano Dayer, quien también acabó siendo ciclista profesional.
Sus ganas de serlo eran tales que a los 15 años su padre le compró su primera bicicleta de carreras, con la que poco después de estrenarla ganó al ciclista más prometedor del pueblo.
Su destino estaba escrito. Nairo, que cada día se levantaba a las cinco de la mañana, comenzó a entrenarse por su cuenta y a participar en carreras de juveniles. Toda la familia le ayudaba y el dinero que ganaba en las carreras, con el que lograba conduciendo un taxi junto a su hermano Dayer, lo reinvertía en comprarse material.
Precisamente un taxi le dio un susto cuando le atropelló en Arcabuco y pasó cinco días en coma, pero Nairo era de otra pasta e iba para fenómeno. Así debieron intuirlo los alcaldes de Cómbita y Arcabuco, quienes le patrocinaron para que pudiera comprarse una bicicleta acorde con su calidad y en 2009, con 19 años, se enroló en el equipo Bocayá es para Vivirla, de categoría Continental, la tercera división del ciclismo.
En aquel primer año como profesional ya destacó por su faceta de escalador y la desaparición de aquel primer equipo le llevó en 2010 al Café de Colombia-Colombia es pasión, con el que logró su primera gran victoria en el Tour del Porvenir tras ganar la etapa reina y la cronoescalada decisiva. La temporada siguiente lo hizo en la clasificación de la montaña en la Volta a Catalunya.
En 2012 dio el salto a la élite al fichar por el Movistar y en su estreno ganó la Vuelta a Murcia. Aquel mismo año logró su primera victoria en una prueba World Tour, la etapa reina de la Dauphiné, ganó la Ruta del Sur y debutó en la Vuelta a España como gregario de Alejandro Valverde. En 2013, tras ganar la Vuelta al País Vasco, debutó en el Tour para ayudar a Valverde, pero acabó convertido en el líder del equipo, se adjudicó una etapa en Annecy y ocupó la segunda plaza final del podio.
Acabó 2013 ganando la Vuelta a Burgos y en 2014 llegó su primera victoria en una gran ronda por etapas, el Giro de Italia, donde se vistió de rosa tras ganar la cronoescalada. También corrió la Vuelta y llegó a vestirse de rojo, pero dos caídas le obligaron a abandonar y tuvo que ser operado.
En 2015 repitió segundo puesto en el Tour tras Chris Froome y fue cuarto en la Vuelta. En el presente 2016 ganó la Volta a Catalunya y el Tour de Romandía y llegó al Tour con aspiraciones de victoria, pero fue de más a menos y acabó tercero. La Vuelta le ha devuelto a su mejor nivel y ya tiene su segunda victoria en una grande.
Nairo Quintana, de vencer la muerte a ganar el Giro y la Vuelta
