Río de Janeiro ya está ultimando los preparativos para la mayor de las citas deportivas del mundo. Es el escaparate perfecto para que los deportistas de élite brillen y logren la cumbre, y es la cita en la que los fisioterapeutas deben demostrar que pueden mantenerlos en el máximo de su rendimiento físico por muy duras que sean las condiciones de la competición. Qué deportista de máximo rendimiento no tiene a su fisioterapeuta como persona de confianza, y cuántos ejemplos podemos ver en los medios de comunicación actualmente, en donde este profesional se convierte en referencia para los duros momentos de las lesiones, donde las largas sesiones de recuperación son apoyadas por conocimientos técnicos de máximo nivel y aptitudes personales de compromiso y confianza.
Unos profesionales cuyo reconocimiento ya no se circunscribe a los clubes de fútbol o baloncesto de primera línea, sino que cada vez tienen más presencia en disciplinas que, por categoría o edad, hasta ahora podrían denominarse amateurs. Cualquier deportista que quiera alcanzar alguna meta “seria” debe contar con un fisioterapeuta de máximo nivel y especialización, y si puede estar integrado en un equipo médico multidisciplinar, mejor.
Dentro de esta creciente cultura que implica salud como un bien irrenunciable, también se encuentra el ocio y el bienestar, que están adquiriendo relevancia propia. Cada vez hay más carreras populares o torneos amateur de diferentes deportes, “pachangas” entre amigos, clubes ciclistas, escuelas de padel… La promoción de la actividad física y la accesibilidad de muchos de los deportes y sus equipamientos que hasta la fecha eran difíciles de encontrar, facilitan que cada vez más se puedan encontrar eventos con diferentes niveles y actividades que busquen el máximo rendimiento y sean compatibles con la seguridad de hacerlo de manera sana y con las máximas garantías para la salud.
Para esto, la sociedad solicita expertos que mantengan “a tono” las capacidades óptimas para rendir y evitar lesiones indeseadas. Hoy día, gracias a la tecnología –las aplicaciones de los teléfonos móviles son un buen ejemplo de ello–, el propio deportista es quien controla sus propios logros y tiempos. Pero las apps no cuidan de nuestro estado físico: esta auto exigencia requiere profesionales que “cuiden” el rendimiento de sus pacientes, y que les ayude en la prevención de lesiones y alteraciones que puedan surgir en su evolución física. Con la participación, también, de tecnologías como la biomecánica instrumental, un conjunto de sistemas de medida para valorar a los pacientes que aporta un novedoso modo de objetivación en la evolución funcional en fisioterapia y todas sus herramientas terapéuticas.
De hecho, los nuevos equipos de biomecánica y el elevado desarrollo tecnológico que ha experimentado durante los últimos años esta disciplina, están facilitando la medición objetiva de las situaciones funcionales de los pacientes, tanto en el ámbito sanitario como, sobre todo, en el área deportiva. Gracias a estos equipos se pueden recoger gráficas que detectan alteraciones en los datos biomecánicos. Esto nos permite conocer de modo adecuado la situación de los deportistas y poderlo trasladar a las historias clínicas de diferentes profesionales.
Este hecho se ve reforzado en una necesidad específica en el campo deportivo, en donde la precisión de los datos es condición sine qua non para reducir los tiempos de recuperación y vuelta a la competición. Y es un conocimiento en el que se está profundizando desde diferentes másteres universitarios, como el Máster Universitario en Biomecánica y Fisioterapia que imparte la Escuela de Enfermería y Fisioterapia “San Juan de Dios” de la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE. En él se incluye una formación en investigación junto a herramientas de valoración biomecánica para las distintas técnicas de tratamiento existentes en el área de la fisioterapia deportiva, disponiendo de laboratorios de biomecánica equipados con tecnología de alta especialización.
Los alumnos que realizan esta especialización tienen acceso a numerosas prácticas en virtud de los acuerdos que la universidad tienes con diferentes organismos y clubes deportivos. Un ejemplo de ellos son las categorías inferiores del Atlético de Madrid, cuyos resultados deportivos han sido excelentes esta temporada gracias al concurso de los fisioterapeutas del máster de Comillas ICAI-ICADE, que también han estado tratando a los atletas de la selección de atletismo de la Federación Española de Deportes para Personas con Discapacidad Intelectual (FEDDI). El éxito es que, gracias a los cuidados físicos de los alumnos, estos deportistas obtuvieron las marcas mínimas que el Comité Paralímpico Español exige para participar en los Juegos Paralímpicos de Río 2016.
La fisioterapia se ha generalizado
Gracias a la generalización de la información detallada de las lesiones de los grandes cracks del deporte a través de los medios de comunicación ya estamos familiarizados con los isquiotibiales, las tendinitis o los bíceps femorales. No en vano, la evolución física ya es conversación habitual, y es fácil escuchar a personas que nada tiene que ver con la salud o el deporte, hablar de la cantidad de kilómetros que recorren en bicicleta, o la distancia que realizan corriendo. En estas exigencias es donde el profesional sanitario, y más en detalle el fisioterapeuta, debe adaptarse y ser capaz de responder al deportista en los mismos términos que están acostumbrados a medirse, y es la biomecánica instrumental el sistema de medida que puede responder a estos requerimientos.
No en vano, ser capaz de contestar a un paciente “has mejorado 20 metros por segundo tu movimiento de hombro tras la operación” o “has ganado dos kilos de fuerza de elevación en tu recuperación de cuádriceps” son conceptos que antaño podrían reservarse únicamente a conversaciones entre profesionales y que, hoy día, la evolución social del deporte y el culto al cuerpo, hacen que debamos aportar al paciente para seguir manteniendo la confianza en nuestra propia capacidad de comunicación y tratamiento.
Por último, la internacionalización y la capacidad de comunicación (aplicaciones para móviles, internet, televisión….), nos pone en bandeja conocer qué hacen en otros lugares para mejorar, crecer como deportistas y conocer qué profesionales ayudan a los deportistas para alcanzar su máximo rendimiento. Es por ello que el fisioterapeuta para los próximos decenios debe saberse formado por los mejores profesionales actuales, con las mejores herramientas y tecnologías que les permitan estar en el último conocimiento técnico, estar capacitados para potenciar sus capacidades comunicativas, sociales, personales y humanas, y estar en constante innovación desde la fisioterapia basada en la evidencia y la internacionalización de sus actuaciones.
La fisio, clave para el alto rendimiento
