La final lo enfrentaba a Gordon Reid, un reconocido y afianzado animador del circuito de tenis en silla de rueda. El mismo que lo había vencido en el primer partido del dobles, acaso la categoría en la que más se venía destacando el argentino.
Pero Gustavo Fernández confirmó su gran condición, siguió escribiendo historia grande, y se consagró campeón del Abierto de Roland Garros para atletas que utilizan silla de rueda.
De momentos de presión en finales “Gusti” ya sabía. Ya había disputado finales en los torneos grandes, en singles y varias veces en la categoría dobles.
El año pasado se le había dado el primer Grand Slam en dobles en Wimbledon, logro tras el cual regresó a la Argentina por la puerta grande, e incluso fue invitado a dar la vuelta olímpica en el estadio de Boca Juniors, ante la ovación de la afición del club de fútbol del que es seguidor.
Pero Roland Garros, como confesó luego en redes sociales, era su “obsesión”, desde que en 2004 vio la final de dos argentinos Guillermo Coria y Gastón Gaudio.
Hasta este Roland Garros, “Gusti” ocupaba el sexto lugar en el escalafón mundial. En el primer partido, se enfrentaba al séptimo, el sueco Olsson. Lo venció con comodidad en dos sets.
En semifinales fue el turno del japonés Kunieda, experimentado tenista ex número 1 que ya había vencido al argentino en 16 de las 17 veces que se habían enfrentado. También en dos sets Gustavo se ganó el pase a la final.
El desenlace tuvo lugar en el court 6 del predio parisino. Del otro lado un viejo conocido, Reid, a quien venció en la final de Wimbledon 2015, en la categoría dobles. Esta vez, nuevamente el argentino fue el vencedor, por 7-6 y 6-1 en poco menos de una hora y media de juego.
Deportista desde casa
Gustavo Fernández nació en 1994 en Río Tercero, Córdoba, en el seno de una familia de deportistas. Su padre es el ex basquetbolista Gustavo Fernández, múltiple campeón de la liga local.
Al año y medio sufrió una severa lesión medular que le dejó la mitad del cuerpo paralítico, pero eso no le impidió destacarse y dedicarse, como su padre y su hermano, al deporte.
Pero a diferencia de ellos, no eligió el básquet. A los 6 años comenzó a jugar al tenis. Fue trascendiendo primero en el ámbito local, y desde ya hace algunas temporadas, en el plano internacional.
Su gran desempeño en el circuito, además de la representación en los Juegos Parapanamericanos, llevaron a que se lo nombrara como abanderado de la delegación argentina para los Juegos Paralímpicos de Río.
El tenis en silla de ruedas
El tenis en silla de ruedas no varía demasiado de la disciplina original. Las dimensiones de los courts son similares, como también las pelotas y las raquetas.
Las reglas tampoco varían demasiado, con excepción de un doble pique habilitado, incluso el segundo fuera de los límites de la cancha.
Comenzó a practicarse hace exactamente 40 años en Estados Unidos. En 1988 se creó una federación internacional específica, que en 1998 se convirtió en la primera en su tipo en fusionarse con la federación internacional del deporte.
Así la Federación Internacional de Tenis asume como propio el desafío de promover la inclusión en el tenis, lo que permite una mejor coordinación entre las categorías del mismo deporte, organizadas de acuerdo a las posibilidades de los atletas.