Martín de la Puente no para. No hay barrera que pueda detener a este polifacético deportista vigués. Camino de los Juegos de Río de Janeiro en tenis en silla de ruedas, acaba de vivir su primera concentración con la selección española sub-23, apenas un par de meses después de iniciarse en el deporte de la canasta en el Amfiv B.
«Me parecía bastante vistoso y me apetecía probar en baloncesto, por eso hable con el Amfiv», recuerda el joven vigués. El baloncesto no le era un desconocido, porque cuando el deporte tocó a su puerta fue la primera disciplina en la que decidió probar, aunque en un principio decidó dejarla. «Había mucho contacto y no me sentía cómodo», precisa. Coincidió aquello en el tiempo con su irrupción en el tenis, deporte en el que se ha convertido en una referencia y en el que está centrado. «El tenis es prioritario, el objetivo es estar en los Juegos y en eso estoy centrado».
Argumento que no le aparta del baloncesto, porque el vigués tiene el don de ser capaz de compatibilizar estudios y deportes, aunque esa en dos disciplinas diferentes. En su programación aparece el tenis de martes a viernes tres horas y media a la semana, pero a mayores puede ir a baloncesto los lunes y repartirse los jueves para atender a los dos frentes. «Mis padres me dicen que si soy capaz de ir bien en los estudios y compatibilizar los dos aspectos, adelante».
Y en el baloncesto no lo puede estar haciendo nada mal. Martín, que juega de base, sintió un poco de vértigo cuando le llegó la convocatoria para la concentración -la única para un gallego- del CAR de Sant Cugat. «Tenía un poco de miedo, pensé que no iba a dar el nivel, porque tampoco sabía lo que me iba a encontrar, pero la verdad es que me encontré muy cómodo y muy contento», comenta antes de desvelar que el seleccionador absoluto, José Manuel Artacho, que dirigió la concentración sub-23 con todos su equipo técnico le abrió las puertas de la selección: «A la conclusión de la concentración estuvimos hablando y me dijo que estaba muy contento y si existía la posibilidad de compaginar los dos deportes». Algo a lo que Martín de la Puente parece dispuesto.
El vigués es un ejemplo de superación. A lo largo de su corta vida ya ha sufrido 16 operaciones debido a que padece el síndrome de Proteus, una dolencia que altera las células del crecimiento haciendo que partes de su cuerpo crezcan de manera desproporcionada. Sin embargo, no ha parado un solo momento, desde el principio quiso apostar por el mundo del deportes y ya ha sido capaz de coronarse campeón del mundo júnior en tenis. En baloncesto también tiene mucho que decir.