Siete años atrás Helman Román afrontó un cambio radical. Este colombiano estaba en una misión militar en Afganistán cuando un artefacto explosivo improvisado explotó bajo el vehículo de patrulla en el que estaba al mando.
Román, que se desempeñaba como sargento en la Guardia Nacional del Ejército de los Estados Unidos, había tomado la decisión de unirse a las Fuerzas Armadas tras los atentados del 11 de septiembre del 2001.
Para Román, servir a su país no solamente era un deber sino un sueño que anhelaba realizar.
En un abrir y cerrar de ojos, ese sueño se vio truncado, al menos de manera temporal. En el octavo aniversario de los ataques terroristas, el 11 de septiembre del 2009, un dispositivo explosivo impactó el camión blindado que Román comandaba, causándole severas heridas en ambas piernas, de las de las rodillas para abajo.
“Tuvieron que reconstruir casi todo, estuve en el hospital casi dos años”, afirma Román.
Por su sacrificio y valentía increíble, Román recibió en el 2010 la condecoración militar Corazón Púrpura (Purple Heart).
En el 2012, tras tres complicadas cirugías y diez agotadores meses de rehabilitación en el Centro Médico Walter Reed de Washington D.C., Román se retiró del ejército.
Gracias a los avances de la ciencia no perdió las piernas ni la capacidad para caminar, pero el incidente ha limitado considerablemente su funcionamiento físico.
“Duré un año en silla de ruedas. Y después de la silla de ruedas, volver a tratar de caminar. Se camina, pero con mucho dolor. No puedo estar parado por mucho tiempo”, dice.
Para cualquier persona, una situación tan difícil como esta podría ser desmotivadora, pero no para Román. Quizá no pueda utilizar sus piernas como lo hacía antes, pero el poder está en sus manos.
Román asegura que la discapacidad no tiene porqué ser un impedimento para el éxito. La clave está en no quedarse en casa y aprender a llevar a cabo las actividades diarias de una manera diferente.
“Con las ganas de hacer las cosas yo creo que los obstáculos se van”, expresa. “Yo sé que no es fácil para mucha gente, pero las cosas sí se logran. Nada es imposible en esta vida”.
Una segunda oportunidad
A los 47 años, y a pesar de su discapacidad, el veterano de guerra ha encontrado otra oportunidad para cumplir su sueño de servir al país, esta vez como atleta.
“Cuando estaba en el hospital comencé a hacer rehabilitación en bicicleta de mano. Así fue como entré al deporte de discapacitados y hace un año y medio conocí a una amiga que hacía remo”, relata.
La amiga de Román era nada más y nada menos que Jacqui Kapinowski, atleta que compitió en los Juegos Paralímpicos de Vancouver 2010 obteniendo cuarto lugar en la carrera en silla de ruedas.
Tras conocer el remo en noviembre del 2014, Román se enamoró.
“Me encanta este deporte porque es muy difícil, y muy físico”.
Hoy, Román forma parte del programa de remo adaptado en el Club de Remo de Miami Beach, el primer club de remo en la Florida en recibir la designación de Club de Deporte Paralímpico del Comité Olímpico de Estados Unidos.
El programa gratuito se inició en el 2014 con donaciones privadas, un pequeño grupo de entrenadores y la ayuda de voluntarios. Está abierto a personas con todo tipo de discapacidades y desde agosto del año pasado es dirigido por la entrenadora Stephanie Parrish, quien ha logrado llevarlo en una dirección más competitiva.
Parrish siente que la historia de Román puede motivar a otras personas discapacitadas a unirse al programa.
“Me siento honrada de trabajar con Helman. Él es un excelente trabajador que me impresiona cada día con sus ganas de superar los límites y aceptar cualquier reto que lanzo hacia él, siempre con una buena actitud”, dice la entrenadora.
Hace un mes, Román y su compañera de remo, Lorah Goodkind, recibieron la gran oportunidad de ir al campamento olímpico USRowing Para Rowing Camp.
USRowing es una organización sin ánimo de lucro reconocida por el Comité Olímpico de Estados Unidos como el órgano rector nacional para el deporte del remo en el país.
Esta entidad selecciona, capacita y maneja los equipos que representan a Estados Unidos en competencias internacionales incluyendo campeonatos mundiales, Juegos Panamericanos y Juegos Olímpicos.
Helman se destacó en este campamento como uno de los favoritos para entrar en los ensayos del equipo estadounidense paralímpico en West Windsor, Nueva Jersey.
Según su desempeño en estos ensayos, podría calificar para competir en la regata de clasificación final en Gavirate, Italia, donde se seleccionarán los equipos que participarán en los Juegos Paralimpicos de 2016 en Río de Janeiro.
Con el remo, y el poder, en sus manos, Román se siente listo para una vez más dejar en alto la bandera de Estados Unidos.
“En mi caso, como soldado veterano de los Estados Unidos, participar en los paralímpicos sería una segunda oportunidad para seguir prestándole el servicio a este país, que me lo ha dado todo. Ha sido la herramienta principal para ser la persona que soy hoy en día”.