La jugadora argentina de balonmano, Joana Bolling, ha conmocionado a su país y ha dado la vuelta al mundo. A tan solo unos pocos meses de que empiecen los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, la internacional albiceleste lo ha dejado todo y ha decidido donar unos de sus riñones a su padre.
Joana tiene 20 años y es hija de Elnes Bolling, un ex jugador de las Islas Vírgenes que desde hace siete años padece una enfermedad en un riñón. La insuficiencia renal pone en peligro su vida y su hija no ha dudado en donarle el órgano para que pueda seguir viviendo.
Pese a que su padre se negaba a recibir el riñón de su hija, Joana señaló que «no le di muchas opciones de contradecirme», por lo que rápidamente programaron la operación.
En estas fechas el equipo argentino tiene que disputar un torneo llamado Súper 4, el más importante de mitad de año y uno de los más trascendentales para preparar los Juegos Olímpicos. Esto, sin embargo, no importó a Joana, que siguió con la idea de donar su riñón.
Según los médicos, se espera que Bolling pueda volver a entrenar a principios de junio, por lo que su presencia en la cita olímpica estará en el aire hasta que se recupere de la operación. Joana ya forma parte de la lista escogida para representar a su país en la competición de balonmano, pero todo dependerá de su capacidad de recuperación.
En Argentina, la atleta recibió múltiples muestras de apoyo: al fin y al cabo, renunciar a los Juegos por amor es una de las mayores muestras de humanidad que nos podríamos imaginar.
Una chica pone en peligro participación olímpica por donar riñón a padre
