Fue a los tres años de edad cuando la seleccionada nacional argentina de baloncesto sobre sillas de ruedas, María Luisa Obando Artola, sufrió poliomielitis, pero eso no le impidió salir adelante en la vida sino que la inspiró para ir en busca de sus sueños. A sus 50 años, sigue disfrutando del baloncesto.
En enero del 2018 a María Luisa se le vio en su silla de ruedas batallar y ganar una medalla de bronce en los Juegos Paracentroamericanos realizados en el Polideportivo España, de Managua. Para entonces, María Luisa contaba con 49 años de edad, siendo así la atleta más longeva de la tropa pinolera.
Fue la tercera participación de María Luisa en Juegos Paracentroamericanos, antes estuvo en Guatemala y en Costa Rica.
“No tengo ningún recuerdo de cuando caminaba, apenas era una niña. Mi vida ha sido muy dramática, pero Dios nunca me ha abandonado”, confiesa María Luisa, originaria de Ciudad Darío, Matagalpa, pero residente de Ciudad Sandino, Managua, desde los 10 años de edad.
Hace 14 años
María Luisa recuerda que fue hace 14 años que el baloncesto entró a su vida, cuando aprendía corte y confección en Ciudad Sandino.
“Me integré al juego de baloncesto hace 14 años cuando conocí al entrenador Tomas Alvarado y para mí este deporte ha sido de gran oportunidad, alegría y de gran bendición en mi vida. Este juego me demostró que nosotros somos capaces también de aportar a la sociedad. Hemos aprendido que no podemos estar marginados solo en la casa, sino que somos capaces de grandes luchas. Le doy gracias al entrenador Tomas que nos ha ayudado a salir adelante”, confiesa María Luisa.
“He sido madre y padre para mis hijos. Con mucho sacrificio tengo mi terreno y mi casa que no tiene muchos lujos pero es mía y de mis hijos. A las mujeres que han sido por muchos años marginadas les digo que luchen, que salgan de ese túnel en el que están, mientras uno tenga buenas las manos uno puede trabajar”, dice la atleta.
Disfrutan su juego
María Luisa tiene dos hijos: César Adonis (26 años) y Cristofer Jonathan (20 años). “Ellos disfrutan verme jugar y eso me hace sentirme alegre y motivada”, manifiesta la basquebolista.
Sin condiciones
María Luis sufre cada día la carencia del sistema de transporte público del país.
“He sufrido y sigo sufriendo para trasladarme. Me he quejado muchas veces, pero no tenemos opciones de subirnos al bus como usuarios”, lamentó la atleta.
Otro sueño
Además de seguir representando al país por medio del baloncesto, María Luisa Obando espera tener pronto un taller de almohadas para aprovechar sus conocimientos de costura.
«Ella no juega en la liga porque no tenemos una silla para su discapacidad, necesitamos una silla más honda para que ella juegue y así evitar alguna lesión, pero ella sigue disfrutando del juego de baloncesto. Para los Juegos Paracentroamericanos del 2021 esperamos contar con ella», finalizó el entrenador de la selección de baloncesto sobre sillas de ruedas, Tomas Alvarado.