“Las gafas no me molestan, son parte de mi cuerpo”, subraya el tenista surcoreano Hyeon Chung, responsable de eliminar al serbio Novak Djokovic en el Abierto de Australia.
Sin ellas no podría jugar ni hacer vida normal. Sufre un severo astigmatismo en sus ojos, desde bebé. Un problema que le condujo definitivamente a las pistas de tenis, junto a su padre, ex jugador y ahora técnico, Seok-tin.El tenista que necesitaba gafas de sol para recuperar la visión y estremece en Grand SlamEl tenista que necesitaba gafas de sol para recuperar la visión y estremece en Grand Slam
Con 6 años, el médico recomendó que al niño le iría bien seguir el color de la bola para progresar. Y con el tiempo mostró tales maneras que acabó en la Academia Bollettieri de Florida, de los 13 a los 15. No se adaptó en exceso, ni siquiera logró un buen inglés. Patrocinado por Samsung, cuya sede central está en su localidad de nacimiento, Suwon, no le faltaron medios para ir creciendo.
“Es muy rápido de desplazamientos”, dice el surafricano Neville Godwin, que ya vivió la final del Open USA 2017, entonces como entrenador de Kevin Anderson. “Chung ya es un ídolo en su país”, subraya orgulloso.
Ningún tenista de su país había llegado tan lejos en un Grand Slam.
Chung, que ganó el primer Masters de los ‘Next Gen’ (Nueva Generación), en un gran cierre de su campaña 2017 en Milán.
A sus 21 años es el 58º del ranking, pero apuntando muy arriba. Sus colegas le habían premiado en 2015 como el Jugador ATP de Mayor Progresión.
Una lesión abdominal durante 2016 frenó su trayectoria, no tanto su paso por el servicio militar obligatorio tras concluir el curso 2015.
Eludió los dos años por ley por la medalla de oro en los Juegos Asiáticos de 2014.